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omprar un móvil no es tarea
fácil. Has de escoger cuál es el
sistema operativo que se ajusta
a tus necesidades. Una vez que te has
decidido, escoger la marca que ofrece
las prestaciones más adecuadas supone
otro quebradero de cabeza. Más sencillo
es decidirse por el modelo. Aquí sole-
mos decantarnos hacia el precio que
estemos dispuestos a pagar.
Llegados a este punto ya está todo. El
móvil que adquiramos vendrá equipa-
do con todo lo imprescindible para su
correcto uso. Una batería (en el caso
de que sea extraíble), un cable para
transferir los datos al ordenador, au-
riculares y un cargador. Con todo esto
(y una vez que nos hayamos dado de
alta en un proveedor de telefonía) ya
no necesitamos nada más. Ya podemos
utilizar nuestro flamante teléfono mó-
vil. Bueno, lo cierto es que necesitar, no
necesitamos nada más. Pero, con lo que
nos hemos gastado en nuestro querido
dispositivo ¿cómo no vamos a comprar-
le una funda o carcasa para protegerlo
de posibles golpes o arañazos?
Aquí empezará nuestra segunda odisea
¿Silicona o plástico duro? ¿Gel o tela?
¿Tipo búmper, que protege únicamente
de los bordes laterales, o en formato
libro que evitará las rozaduras en el
bolso? ¿Clásica o con formas?
Otra opción es un protector de pantalla,
una lámina de plástico adhesiva que
evitará que se raye con los objetos del
bolsillo. Otra posibilidad son los protec-
tores de cristal templado. Estos evitan
las huellas dactilares o las manchas de
grasa. Y si eres de los que viven pegado
frente a la pantalla, es interesante valo-
rar un protector Reticare, que protegen
los ojos y reducen la fatiga visual.
En estos momentos hay toda una in-
dustria dedicada a fabricar fundas y
carcasas para todos los gustos y presu-
puestos. El que cada modelo y marca de
móviles tenga un tamaño ligeramente
(o no) distinto, hace que cada vez que
nos cambiamos de móvil tengamos la
‘necesidad’ de comprarnos una funda
nueva. Al fin al cabo, son relativamente
baratas.
¿Qué más necesitamos?
¿Y qué ocurre si queremos practicar
algún deporte? Pues que, o bien nos
atamos el móvil con cinta aislante a un
brazo, o tendremos que comprarnos un
brazalete deportivo, una práctica fun-
da que nos permitirá correr o ejercitar
nuestro cuerpo al ritmo de las canciones
que tengamos en nuestro inseparable
dispositivo.
Y si preferimos practicar deporte su-
bidos a una bicicleta, también existen
soportes específicos que podremos
acoplar al manillar.
Accesorios para el coche
Los smartphones han dejado muchos
‘cadáveres’ en la cuneta. Mp3, mp4,
cámara de fotos y de vídeo o grabadoras
de voz, son sólo algunos de los dispo-
sitivos que han visto perjudicadas sus
ventas por culpa de los teléfonos inteli-
gentes. Los GPS son otros que también
han visto cómo han ido perdiendo la
gracia de los clientes. El motivo es que
nuestros móviles disponen de unos na-
vegadores lo suficientemente precisos
que hacen innecesaria su compra.
Para su uso es necesario un soporte es-
pecial para coches. Este accesorio suele
ir equipado con una ventosa para ad-
herirlo al parabrisas. Y como la batería
se evaporará como un charco en pleno
agosto, necesitaremos un cargador para
el coche que conectaremos al mechero y
que nos permitirá conducir sin preocu-
parnos de nada.
Y si solemos recibir llamadas a cualquier
hora, lo que necesitaremos será un dis-
positivo de manos libres. Con instala-
ción o sin ella, será una de las decisiones
que deberemos tomar y evitar con ello
una innecesaria multa de tráfico.
Dependiendo del uso que le demos a nuestro
smartphone tenemos un sinfín de fundas y
carcasas para protegerlo de golpes y ralladuras