electroguía2012-13
FOTOGRAFÍA
DIGITAL
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Menos ventasacambio
demayoresmárgenes
Elmercadodelascámarasdigitalescompactassiguemenguando. Lossmartphonesylastabletas
acaparan el interés de un público que, eso sí, cuando quiere una cámara “pro” lo tiene claro y
busca entre losmodelos de alta gama, con objetivos intercambiables. Menos ventas, peromás
interesantes para todos.
L
a industria de la fotografía ha en-
contrado su tabla de salvación en los
modelos de gama media alta y alta
con lentes intercambiables y en los
buenos aficionados a tomar instantáneas.
Estos “salvadores” invierten alrededor de
1.000 euros en la adquisición de cámaras
de este segmento, lo que supone para
toda la cadena comercial unos márgenes
comerciales muchísimo más elevados que
los obtenidos con las cámaras compactas.
Estas últimas siguen significando un alto
volumen de ventas, pero los precios son
cada vez más bajos y los márgenes más
reducidos. Son productos poco atractivos
tanto para la oferta como para la demanda.
La nueva generación de cámaras de este
segmento se diferencia cada vez menos de
las profesionales. De hecho, algunos fabri-
cantes han optado por compartir modelos
en ambas categorías, o han desplazado
modelos hasta ahora profesionales a la de
semiprofesionales.
Hoy en día, con una capacidad de compra
de entre 600 y 1.500 euros las posibilida-
des de acercarse al mundo profesional son
muchas para los aficionados más avezados.
¿Quién quiere una cámara?
Con smartphones que incorporan cámara
de hasta 13 Mp, ¿quién desea una cámara
compacta? Sigue abierto el mercado, pero
muestra un recorrido realmente corto. Ni
las cámaras “de marca” por menos de 70
euros son capaces de despertar una mí-
nima parte del interés de otros tiempos.
Actualmente, el hábito de disparar fotogra-
fías con el teléfono nada o poco tiene que
ver con la esencia de la fotografía, y mucho
con la de la pura diversión efímera. El seg-
mento de población más joven se decide
por una cámara económica ante momentos
muy puntuales, como puede ser el marchar
de viaje. Sólo en ocasiones contadas como
esta existe cierta “necesidad” de llevar
cámara. Sin duda, un gesto incrustado en
nuestros genes más recientes pero que
queda en sólo eso, un asociacionismo de
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