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a generalización de los televisores planos LED de gran
tamaño, de 40 a 50 pulgadas, a preciomuy asequible y con
un excelente nivel de luminosidad y contraste, ha hecho
que los proyectores para el hogar se centren mayoritariamente
en el visionado de películas y de espectáculos grabados donde
la calidad y espectacularidad de la imagen son clave.
Los fabricantes de televisores están promocionando, sobre todo
en Estados Unidos, televisores LED aún más grandes, de 65, 70
e incluso ochenta pulgadas de diagonal. Sin embargo, es poco
realista que se vendanmucho en Europa y sobre todo en España,
donde es habitual vivir en un piso. Estos televisores gigantes,
aparte de que ya es difícil que quepan en el ascensor o pasen
por la escalera, tienen un precio de cinco dígitos en euros.
Los proyectores, por el contrario, van continuamente bajando
de precio y aumentando las prestaciones. Ahora es habitual que
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y luminosidad excelentes. Sony, además, acaba de sacar la
segunda generación de proyectores UHD o 4K, con el modelo
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último modelo es aún ciertamente elevado, pero se ha reducido
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En unidades, el mercado mundial de proyectores va a la baja,
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a que el mercado educativo y el empresarial se encuentra satu-
rado, unido a la crisis económica. El segmento de proyectores
para el hogar también tiende a la baja. Sin embargo, el mercado
de proyectores de home cinema, los de gama más alta para el
hogar, continúa siendo prometedor pese a que su cuota dentro
del mercado de proyectores total es reducida. Las instalacio-
nes de proyectores para el hogar, desde pantallas a sistemas
audiovisuales, también van al alza, señal de que el mercado se
está polarizando.
Tres gamas y picoproyectores
En el ámbito del hogar y adecuados para ver películas en la sala
de estar con una calidad similar a un cine convencional y en
pantallas de uno y medio a tres metros de ancho, existen tres
gamas, como ocurre con tantos otros equipos de electrónica
de consumo. Las tres gamas se consideran aptas para home
cinema y son distintas de las utilizadas en educación o salas
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las imágenes no es tan necesaria.
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teresantes en cuanto a calidad de imagen y por menos de 5.000
euros se tiene lo máximo, un verdadero cine en casa, ahora que
los cines públicos están escaseando, aunque la bajada del precio
del día del espectador los miércoles podría hacer aumentar el
público asistente.
La experiencia que se consigue
al ver una película en el hogar
con un proyector es muy diferente
y similar al del cine
Existe además una cuarta categoría de proyectores para el hogar,
aunque no estrictamente para cine. Se trata de los llamados pi-
coproyectores, que se distinguen por su tamaño muy reducido.
Proyectan además la imagen a una distancia más corta, incluso
menos de un metro, y aunque la luminosidad y contraste no
son comparables a los verdaderos proyectores de home cinema,
cuestan mucho menos y ofrecen una calidad que hace un lustro
no la proporcionaban los aparatos de gama alta.
Muchos de los proyectores son inalámbricos, para que no haya
cables entre el aparato y la fuente de la señal. Lo que continúa
siendo imperativo para disfrutar es tener una pantalla dedicada,
porque al proyectar la imagen sobre la pared, aunque sea blanca,
se pierden todo los matices y el encanto. Lo ideal es que estén
sujetas del techo y se accionen conmando a distancia, porque así
siempre está el sistema a punto, pero también sirve una pantalla
sujeta por un trípode.
También es importante que el proyector vaya acompañado por
un sistema de sonido, que puede ser el que esté conectado al
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cuenta y hay que tener en cuenta que los buenos altavoces
llenan toda la sala de estar y no es necesario poner el sonido a
todo volumen para oírlo. De esta forma se puede disfrutar del
visionado de una película sin necesidad de molestar al vecino.
El ancho de la pantalla depende de la distancia a que se sitúa el
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que en una sala de estar o habitación dedicada de dimensiones
habituales cualquier proyector sirve.
La diferencia de calidad no está en el tamaño de la imagen
proyectada sino en el contraste que proporciona. Los negros no
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nivel de contraste que en la luminosidad al adquirir un proyector
de cine en casa. Se entiende que la sala estará muy poco ilumi-
nada, lo contrario que ocurre con los proyectores destinados a
salas de conferencias o aulas de escuelas.
Idealmente, el proyector debe estar un poco alejado del espec-
tador, porque siempre hacen ruido para refrigerar la lámpara,
aunque cada vez menos. El tema es complicado, porque la pan-
talla debe estar lo más alejada posible del espectador y enfrente
del mismo, para que la imagen tenga el máximo de anchura.
Una solución es poner un poco de lado el proyector o, si es fac-
tible y hay presupuesto, colgarlo del techo, aunque el soporte
debe ser sólido. No hace falta que el proyector esté enfrente
de la pantalla porque todos los modelos incluyen un sistema
de corrección que convierte la proyección trapezoidal en una
rectangular, lo que se conoce como corrección Keystone.
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las cámaras de fotografía o de vídeo, no hay límites para una
instalación de cine en casa; todo depende del nivel de exigen-
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con un televisor de 32 o 40 pulgadas de diagonal y otros ya se
muestran satisfechos siguiéndola con la pantalla del portátil o
en el extremo con un smartphone.
La experiencia que se consigue al ver una película en el hogar
con un proyector es, sin embargo, muy diferente. Lo importante
es que ahora los proyectores de home cinema están al alcance
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