 
  La micromovilidad -entendida como el uso de bicicletas, patinetes y motos eléctricas- sigue ganando protagonismo en la movilidad urbana española, pero su avance plantea nuevos retos en materia de seguridad y ordenación del espacio público. Según el Foro de Movilidad de Alphabet 2025, compañía de movilidad corporativa de Grupo BMW, ...
La micromovilidad -entendida como el uso de bicicletas, patinetes y motos eléctricas- sigue ganando protagonismo en la movilidad urbana española, pero su avance plantea nuevos retos en materia de seguridad y ordenación del espacio público. Según el Foro de Movilidad de Alphabet 2025, compañía de movilidad corporativa de Grupo BMW, uno de cada cuatro españoles (24%) utiliza estos medios de transporte de manera habitual, tres puntos más que en 2024.
La micromovilidad es un fenómeno claramente generacional: los menores de 30 años son quienes más utilizan patinetes y bicicletas eléctricas -en torno a un 30% y un 20% respectivamente-, mientras que su uso desciende progresivamente con la edad, pues apenas un 8% de los mayores de 60 dicen utilizar este tipo de vehículos.
 
Un fenómeno que avanza más rápido en el sur y el arco mediterráneo
El estudio evidencia una fuerte brecha territorial: las grandes ciudades lideran el uso de la micromovilidad frente a las urbes de menor tamaño o del interior. Palma (36%), Sevilla (33%) y Barcelona (32%) encabezan el ranking, seguidas de Zaragoza (31%), Madrid (27%) y La Corula (27%). En cambio, en ciudades como Oviedo, Logroño o Toledo el uso se sitúa en torno al 15%.

 
La mitad del país cree que su ciudad está preparada, aunque la percepción empeora
El aumento del uso de la micromovilidad coincide con el empeoramiento de la percepción de la convivencia entre distintos vehículos: casi la mitad de los españoles (48%) considera que su ciudad está adaptada para la convivencia entre coches, bicicletas y patinetes eléctricos, cuatro puntos menos que en 2024 (52%).
El dato refleja un ligero retroceso en la percepción de adaptación urbana, tras varios años de mejora sostenida, y sugiere que el aumento del uso de la micromovilidad ha puesto a prueba la capacidad de las ciudades para absorberla con seguridad.
Las valoraciones más positivas se concentran en Barcelona (54%) y Madrid (52%), donde las políticas de movilidad y las infraestructuras ciclistas han avanzado más, mientras que en Valladolid, Oviedo o Badajoz apenas superan el 20%. La popularización de los patinetes y bicicletas eléctricas ha generado también nuevas tensiones en la convivencia urbana, especialmente en aceras, zonas peatonales o vías compartidas.
Un fenómeno joven y urbano, con retos de seguridad y convivencia
El auge de la micromovilidad también conlleva una respuesta ciudadana en términos de percepción del uso y seguridad. En este sentido, el 78% de los españoles apoya limitar la circulación de patinetes en determinadas calles, un porcentaje idéntico al de 2024, lo que confirma un consenso estable en torno a la necesidad de regular la circulación de este tipo de vehículos. 
Este debate ya se ha trasladado a las políticas locales: Madrid revocó las licencias de los patinetes compartidos en 2023 alegando motivos de seguridad y orden urbano, mientras que Barcelona ha impulsado las "superilles", áreas de prioridad peatonal donde se restringe el tráfico rodado y se fomenta la convivencia entre peatones, ciclistas y usuarios de micromovilidad.
Estos ejemplos reflejan una tendencia creciente hacia la gestión activa del espacio urbano, que busca equilibrar innovación, sostenibilidad y seguridad vial.
 
El apoyo a esta medida es especialmente alto entre los mayores de 60 años (69%), frente al 43% de los jóvenes, que apuestan por más educación vial y mejores infraestructuras antes que por prohibiciones.
El consenso es mayor en torno a la seguridad personal: ocho de cada diez ciudadanos apoyan el uso obligatorio del casco, y un número creciente pide controles más estrictos y campañas de sensibilización.
Sostenibilidad y calidad del aire, un debate transversal
El auge de la micromovilidad se enmarca en un debate más amplio sobre la sostenibilidad y la calidad del aire, pero los datos indican que los ciudadanos reclaman un modelo de ciudad más ordenado y accesible, donde todos los modos de transporte puedan convivir sin conflicto. La sostenibilidad, según el informe, no depende solo del tipo de vehículo, sino de cómo se organiza y se comparte el espacio para lograr una convivencia equilibrada.
"La micromovilidad ha dejado de ser una tendencia para convertirse en parte esencial de la movilidad urbana. Pero los datos del Foro de Movilidad muestran que los españoles piden orden y coherencia: ciudades mejor adaptadas, infraestructuras seguras y una convivencia más responsable. En Alphabet creemos que el futuro de la movilidad pasa por un equilibrio real entre sostenibilidad, seguridad y convivencia. Solo así lograremos una movilidad más eficiente y, sobre todo, más adaptada a las necesidades de los ciudadanos", ha señalado Ángeles Roca, gerente de Marketing y Desarrollo de Negocio de Alphabet.