El Black Shark 2, de Xiaomi, está basado en un procesador Snapdragon 855 (octa-core Kryo 485), con 8Gb de RAM y 128 Gb de espacio de almacenamiento. Destaca por su procesador gráfico Adreno 640 y su pantalla OLED de 6,39" a 1080 x 2340 píxeles de resolución y 400ppp. Pero como la potencia sin duración, hoy en día no es nada, todo lo anterior se acompaña de una más que potente batería de 4.000 mAh que en pruebas reales ha conseguido una vida útil cercana a las 15 horas de uso "moderado". En el caso de que todo este hardware se nos quedara "corto", el fabricante nos propone una versión "Pro", que equipando 12Gb de RAM y 256 GB de almacenamiento, se podría decir que compite más en la liga de los ultrabooks, que en las de los teléfonos móviles de llevar en el bolsillo. Seguro que con semejantes cifras, incluso hasta el usuario más exigente se sentirá satisfecho.

Diseño

Con un diseño redondeado, más delgado que su hermano anterior y con acabados de "gama alta", podemos decir sin temor a equivocarnos, que este Black Shark 2 será el aliado perfecto de cualquier amante de los videojuegos. Sobre todo gracias a su gran pantalla OLED de 6,4" que ocupa nada menos que el 82% del frontal del aparato y que cuenta con un sistema de detección de huellas bajo la pantalla (no de los mejores del mercado, pero eficaz). Sistema que se complementa con otro de desbloqueo facial. Volviendo a la pantalla, con semejante tamaño, estamos evidentemente ante un equipo que no está pensado para jugar con una sola mano. Es por ello que el fabricante incluye una carcasa que permite instalarle (de forma opcional, puesto que se venden por separado) un par de mandos Bluetooth a cada lado de la pantalla (al estilo de la consola Nintendo Switch) lo que mejora con creces la ergonomía a la hora de jugar con el equipo. Equipados de joystick en uno de ellos y una superficie táctil en el otro, ambos mandos se pueden utilizar de forma independiente del smartphone, por lo que si conectamos el móvil directamente a un televisor mediante HDMI, podremos disfrutar de una experiencia semejante a la de tener una consola de sobremesa.

Pero todo tiene una parte negativa y en este caso es que cada mando cuenta con su propia batería y puerto de carga, por lo que habrá que cargar de forma independiente tres elementos (móvil, mando derecho y mando izquierdo, cada uno a través de su respectivo cable USB-C) en vez de cargar todo el conjunto simultáneamente como hace Nintendo. Como guiño por parte del fabricante para los "gamers", éste ha incluido una serie de barras LED programables en el lateral del terminal, lo que le da una apariencia muy similar a los "equipos gamer" de sobremesa, que suelen contar con ese tipo de "ambientaciones luminosas".

Como es de esperar, un equipo de esta potencia tiene que calentarse tras largas jornadas de juego. Y sí, se calienta, pero nada fuera de lo común (máximo unos 45ºC en la parte superior del equipo) y lo más importante: no impacta ni en el rendimiento, ni en la experiencia de juego, por lo que podría decirse que supera esta prueba con creces.

Cámaras

Pero como estamos hablando de un smartphone y no sólo de un sistema de juegos portátil, no podemos olvidarnos de sus cámaras. Equipado con un sistema principal de cámara dual (gran angular de 48Mpx a f/1.8 y telefoto 12MPX a f/2.2) que nos permiten grabar además vídeo de hasta 2160@30p. En cuanto a la cámara frontal, hablamos de un sensor de 20MPX a f/2.0 y con grabación de vídeo hasta 1080@30p.

Hablando de su calidad fotográfica, se podría decir que sus cámaras "cumplen", aunque no destacan. Eso sí, se incluye el hoy en día imprescindible "modo Retrato", que gracias al sistema de doble lente, permite desenfocar el fondo y conseguir primeros planos más impactantes.

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