La cocina emocional quiere que a través de los platos y sus sabores te puedas trasladar a un lugar de tu infancia, recuerdes a una persona o simplemente disfrutes de ese momento con los tuyos alrededor de una mesa. Además de cocinar y elaborar platos que nos transmitan emociones, es importante destacar todos los beneficios que tiene la cocina y los alimentos para la salud psíquica. El chocolate negro, los frutos rojos, el salmón, el plátano... son algunos de ellos.

La cocina emocional consiste en dejarnos llevar por las sensaciones en las que nos sumergen los alimentos y entrar en contacto con lo que preparamos y comemos. Tenemos que ir más allá de la preparación y su simple bocado y degustar con los cinco sentidos cada plato.

Mientras que la cocina creativa, muy relacionada con la anterior, se caracteriza por ser totalmente opuesta a la que la globalización nos impone. La cocina creativa nos aleja de lo cotidiano y nos lleva a un mundo de imaginación. Desde nuevas técnicas como espumas, esferas, trampantojos, hasta la cocina más tradicional, pero aplicando nuevas formas. Toda esta cocina consigue causar una emoción, divierte e impresiona al comensal ofreciéndole una experiencia totalmente nueva.

La relación entre las emociones y la cocina es muy estrecha. Son muchos los alimentos que aportan serotonina ayudándonos a ser más felices. La cocina puede favorecer la autoestima, fortalecer las relaciones sociales e incluso mejorar la salud de personas con enfermedades psíquicas. Porque no solo es importante lo que nos puede apostar ese alimento nutricionalmente, sino las emociones que sentimos al tomar por ejemplo un chocolate caliente o un pastel después de un largo día de trabajo.

La cocina creativa le debe mucho a la tecnología que se ha desarrollado en el sector gastronómico en los últimos años. Se ha evolucionado no solo en el diseño sino también en cómo se produce la comida, por ejemplo: con una impresora 3D.

Al fin y al cabo, el acto de cocinar no deja de ser una expresión de nosotros mismos y de nuestro interior. Si lo hacemos con cariño y sentimiento se verá reflejado en el plato. En nuestra cocina, en nuestro hogar podemos recrear la cocina emocional y convertir cada plato en una pequeña pieza de arte para nuestros comensales.