La clase baja forma el grueso de la población española

Las clases más bajas, con rentas situadas por debajo del 75% de la media, han pasado a conformar, en el año 2013, el 39% de la población. 

09/05/2016

El estudio "Distribución de la renta, crisis económica y políticas redistributivas", elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que ha sido dirigido por el catedrático de la Universidad de Valencia, Francisco Goerlich, ha puesto de manifiesto que, del 2003 al 2013, cerca de tres millones de personas han pasado de ser ...

El estudio "Distribución de la renta, crisis económica y políticas redistributivas", elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), que ha sido dirigido por el catedrático de la Universidad de ValenciaFrancisco Goerlich, ha puesto de manifiesto que, del 2003 al 2013, cerca de tres millones de personas han pasado de ser clase media a clase baja. Así, en el año 2003, el 59% de la población española estaba formado por familias pertenecientes a la clase media. Diez años después, es decir, en 2013, la crisis se ha llevado por el camino a esa clase media por lo que el número de familiares que conformaban la clase media se redujo hasta el 52%. De igual manera, las clases más bajas han pasado a representar el 39% de la población de nuestro país en 2013. La publicación, que ha trabajado con datos de la Encuesta de Condiciones de Vida, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), también ha analizado los efectos que han tenido sobre los ingresos de las familias las políticas públicas. En concreto, las transferencias monetarias (pensiones, prestaciones por desempleo y otras ayudas sociales), los impuestos directos y las rentas en especie (atención sanitaria y educación). En este punto, los autores han explicado que si se tienen en cuenta los datos, la impresión es que las políticas públicas han perdido fuerza redistributiva. Si bien señalan que lo que ha ocurrido realmente es que estas transferencias no han compensado el aumento de la desigualdad. 
 
De hecho, según el INE, el índice de desigualdad de las rentas de mercado (las que recibe una persona de las rentas del trabajo y del capital) era en 2013 del 53,2; el de la renta disponible (lo que queda tras el pago de impuestos), del 35,4; y la desigualdad de la renta disponible ajustada (tras el impacto de las políticas públicas) era del 28,9. Unos datos que señalan que la desigualdad experimenta una reducción del 45,7% por efecto de estas políticas públicas. Y, entre ellas, las pensiones fueron la transferencia pública que más contribuyó a reducir la desigualdad de la renta de los hogares, con un peso del 46%. Por otro lado, el informe también apunta a que como el 75% de las rentas de las familias proceden del trabajo, el hundimiento del mercado laboral es el responsable de las tres cuartas partes del incremento de la desigualdad desde 2008. En este sentido, el profesor Goerlich insistió en que dicho aumento de la desigualdad obedecen, principalmente, al aumento del desempleo. Aunque también ha influido, de forma notable, el incremento de la precariedad, los aumentos de la temporalidad, las jornadas parciales y el autoempleo. En este punto, los autores reconocen que, la mejora del empleo que se viene experimentando desde el año 2014, supone cierta “estabilización de la desigualdad en los últimos dos años”. 

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