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13 de que no se produzca una escalada en los conflictos bélicos de Ucrania y la franja de Gaza que pudiera elevar de manera significativa los precios de la energía”. Lo positivo es que “los bancos centrales de las economías emergentes han seguido relajando el tono restrictivo de su política monetaria, al tiempo que los de las principales economías avanzadas han pausado su ciclo de subidas de los tipos de interés”. En cuanto a las principales economías avanzadas, en sus últimas reuniones de política monetaria, la Reserva Federal estadounidense, el Banco de Inglaterra y el BCE, entre otros, decidieron mantener sin cambios sus tipos de interés oficiales, tras haber alcanzado máximos desde 2008. En todo caso, “las comunicaciones de estos bancos centrales, que han venido enfatizando que los tipos oficiales probablemente tendrían que permanecer en sus niveles actuales durante un período de tiempo prolongado para lograr reconducir la inflación hacia sus tasas objetivo de medio plazo, comienzan a señalar que el actual ciclo de endurecimiento monetario puede haber tocado techo y que hay que dejar tiempo para que la política monetaria restrictiva despliegue todos sus efectos”. En el área del euro, la actividad económica ha seguido mostrando una clara debilidad y, de cara al futuro, solo se espera que incremente su grado de dinamismo de forma relativamente gradual. Los indicadores de actividad más recientes sugieren que estos factores habrían seguido lastrando el dinamismo de la actividad económica del área del euro durante el último trimestre del año. El Informe trimestral de la economía española apunta que la senda de recuperación gradual prevista se apoyaría, sobre todo, en el consumo privado, favorecido por el incremento de la renta disponible real de los hogares en un contexto de crecimientos salariales y de descensos en la inflación. Adelanta “una evolución favorable de la demanda externa, si bien su contribución al crecimiento se verá limitada por la pérdida de cuota de mercado de las exportaciones del área del euro”. En España, el documento confirma que el PIB de la economía española retrocedió un 11,2% en 2020, mientras que se incrementó un 6,4% y un 5,8% en 2021 y 2022, respectivamente. Estas tasas implican que el ritmo de avance del PIB en cada uno de estos tres años se habría situado 0,2 puntos porcentuales, 0,9 puntos porcentuales y 0,3 puntos porcentuales por encima del reportado anteriormente. Ello habría permitido a la economía española recuperar su nivel de actividad previo a la pandemia ya en el tercer trimestre de 2022. El informe refleja que, “tras el notable dinamismo que la actividad económica española registró en la primera mitad de 2023, ésta se desaceleró en el tercer trimestre del año”. Por ramas de actividad, los servicios siguieron mostrando un mejor comportamiento relativo, especialmente las ramas de actividades artísticas e información y comunicaciones, cuyo nivel de actividad aumentó un 11,9% y un 1,1%, respectivamente, en el tercer trimestre. En cambio, la agricultura, las ramas industriales y la construcción registraron descensos del 3,4%, 0,6% y 0,6%, respectivamente.

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