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l tamaño típico de un disco duro de ordenador, tanto si
es interno como externo, es ahora de un terabyte, equi-
valente a un billón de bytes, mil gigabytes o unmillón de
megabytes. Si se tiene en cuenta que una imagen de muy alta
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de un terabyte se pueden almacenar alrededor de 100.000 foto-
grafías. Con imágenes sacadas de Internet, que apenas ocupan
100 KB, cabrían diez millones de fotografías. Y por un precio
que en la mayoría de casos no alcanza los 100 euros.
El almacenamiento local de los datos, en un disco duro externo
o en el propio ordenador, no tiene así rival, por precio y por
seguridad de acceso, ya que nadie más puede tener acceso a la
información, a no ser que se estropee el disco o lo roben y no esté
encriptada. Por eso, siempre es conveniente tener la información
duplicada. Lo ideal, además, es que la información susceptible
de ser consultada cuando se está fuera se tenga también alma-
cenada en la nube, para que esté accesible de forma remota.
Con la información almacenada de forma local y remota se
tiene acceso a la misma desde cualquier lugar. Cabe una tercera
posibilidad para quien necesite consultar importantes volúme-
nes de información de forma remota: un disco duro conectado
al router de casa, que permite consultar los archivos a través
de Internet. Un disco duro de bolsillo o un lápiz de memoria,
de todas formas, permite hacer las mismas funciones. Como
no cuesta nada tener la información duplicada e incluso es
conveniente para evitar eliminaciones involuntarias, se puede
tener en diversos sitios y accesible de distintas formas.
La utilización cada vez mayor de la tableta y del smartphone
cuando se está fuera de casa y del despacho hace que los sis-
temas externos de almacenamiento sean imprescindibles, por
la sencilla razón de que los aparatos móviles apenas llevan
memoria. Cualquier ordenador portátil e incluso un netbook
sencillo lleva al menos 250 GB de memoria en un disco duro,
pero es raro que una tableta incluya más de 8 GB de memoria
interna, porque para abaratar el precio de compra se presume
que el usuario que necesite más memoria llevará una tarjeta,
lápiz o disco duro externo.
Crecimiento imparable
La capacidad de los discos duros se sigue duplicando cada dos
o dos años y medio y desde hace más de veinticinco años, con
lo que este prodigioso progreso sostenido apenas es noticiable.
Además de tener mayor capacidad, los discos duros son cada
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debido a que incluyenmayor memoria intermedia y programas
para corregir errores. También son más delgados los discos de
varios terabytes, debido a que son necesarios menos platos.
Lo que no varía con los años es el tamaño de los discos. Siguen
habiendo de dos tipos, de 3,5 y 2,5 pulgadas de diámetro. Los
más grandes se utilizan típicamente en los ordenadores de sobre-
mesa y sistemas de almacenamiento de gran capacidadmientras
que los de 2,5 pulgadas se colocan en los ordenadores portátiles
y discos externos de pequeño tamaño. Los discos de 3,5 pulga-
das tienen mayor capacidad, casi el doble, que los de 2,5 pulga-
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ventaja de los discos de 2,5 pulgadas es que no necesitan fuente
de alimentación externa porque la energía la pueden extraer
directa-
mente de la
conexión USB. Funcio-
nan de este modo como cual-
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Al igual que ocurre con las tarjetas y los lápices de memoria,
la capacidad de los dispositivos ha pasado a ser un factor casi
irrelevante, porque la capacidad de un disco duro externo de
sobremesa es ahora típicamente de dos terabytes y la de los
discos portátiles, de 2,5 pulgadas, de un terabyte. Para apli-
caciones de mayor capacidad, se pueden comprar de cuatro,
ocho o más terabytes, pero están construidos con varios platos
y cabezales de lectura, con lo que su precio es proporcional casi
a su capacidad.
Se pueden encontrar discos de menos de un terabyte, sobre
todo de bolsillo, pero es cuestión de pocos meses antes de que
desaparezcan, debido a que solo es rentable fabricar con la
máxima densidad de almacenamiento. El precio de los discos
duros es prácticamente constante con los años; lo que ocurre
es que su capacidad va aumentando a razón de un 50% anual.
En los dos últimos años ha habido una reducción del precio,
pero ha sido debido a que ya no hay que abonar el canon im-
puesto por el Estado español para destinarlo a los poseedores
de derechos de copia.
Muchos de los discos externos,
incluso los de uso doméstico,
tienen conexión para el router,
con cable de red o inalámbrico