electroguía2012-13
PLAN
RENOVE
78
Laconcienciaenergética
seuniversaliza
Elsistemainsostenibledeconsumodesaforadoatodoslosnivelessehamostradoferozyobsoleto.
Preocupadopor lanaturalezay su futuro, el consumidor sehace responsableyconscientede la
escasezderecursosylanecesidaddeahorrar. Loselectrodomésticoseficientesyaseconsideran
imprescindibles en cualquier hogar.
L
a demanda energética ha venido
experimentando una tendencia al
alza en las tres últimas décadas,
a lo largo de las cuales han tenido
lugar cuatro crisis económico-energéticas
(1973, 1979, 1993 y 2008) a nivel mun-
dial, con impacto negativo en la actividad
económica y en la demanda energética
de la mayoría de los países desarrollados.
No obstante, a principio de los años 70,
esta circunstancia sirvió de catalizador
para acometer políticas orientadas a la
reducción de la dependencia energética
y la mejora de la eficiencia. En España,
esta reacción se manifestó con casi una
década de retraso (hacia finales de los
70), lo que repercutió en la reconversión
industrial de mediados de los 80.
Coyuntura nacional
La posterior expansión económica de
nuestro país, desde su incorporación a
la UE, trajo como consecuencia un incre-
mento en el poder adquisitivo, que tuvo
su reflejo en un mayor equipamiento
automovilístico y doméstico, así como
en un fuerte desarrollo del sector inmo-
biliario, factores, entre otros, que han
sido decisivos en las tendencias al alza
del consumo energético. Al inicio de la
década de los 90, una nueva crisis tuvo
eco en una leve atenuación de la deman-
da energética. La evolución posterior
mantuvo una tendencia ascendente hasta
el año 2004, iniciándose, a partir de en-
tonces, una nueva etapa en la evolución
de la demanda energética, propiciada,
entre otros, por la puesta en marcha de
actuaciones al amparo de la Estrategia de
Ahorro y Eficiencia Energética en España
2004-2012, aprobada en noviembre de
2003. Este punto de inflexión marca una
divergencia en la evolución del Producto
Interior Bruto (PIB) y de los consumos
energéticos. Estos rasgos se mantienen
en la actualidad, si bien se han visto
reforzados por el efecto de la crisis fi-
nanciera internacional, iniciada hacia el
segundo semestre del año 2008. En Es-
paña, el efecto de esta crisis se evidencia
a través de la desaceleración experimen-
tada en el sector de la construcción que,
tradicionalmente, ha constituido uno de
los motores de la economía nacional. La
pérdida de productividad de este sector