En plena era digital, donde la tecnología se renueva constantemente en los hogares de todo el mundo, el crecimiento de los residuos electrónicos se convierte en un desafío global. Frente a un modelo tradicional de consumo lineal (producir, usar y desechar), la economía circular ofrece una alternativa basada en la ...
En plena era digital, donde la tecnología se renueva constantemente en los hogares de todo el mundo, el crecimiento de los residuos electrónicos se convierte en un desafío global. Frente a un modelo tradicional de consumo lineal (producir, usar y desechar), la economía circular ofrece una alternativa basada en la regeneración de recursos. No se trata solo de reciclar, sino de transformar los hábitos de producción y consumo para que los productos mantengan su valor durante el mayor tiempo posible.
De esta forma, la economía circular propone cerrar el ciclo de vida de los productos. Esto implica que, al finalizar su uso, se reintegren en nuevos procesos productivos. Así, se consiguen preservar los recursos naturales y se impulsa una nueva economía basada en la sostenibilidad.
El modelo de las 6 Rs -reducir, reciclar, reutilizar, reeducar, renovar y repensar- tiene implicaciones en el sector de los electrodomésticos, cuyo reciclaje debe convertirse en una práctica sistemática, planificada y universal.
El reto de un futuro sostenible
Según estimaciones de la ONU, el mundo generó 62 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en el año 2022. Si continúa la tendencia actual, en 2030 se podrían alcanzar los 82 millones, a causa del acelerado ritmo al que crecen: cinco veces más rápido que la capacidad global para reciclarlos.
En España, la Fundación Ecolec gestionó más de 108.000 toneladas de RAEE en el año 2024, manteniendo la barrera de las 100.000 toneladas por octavo año consecutivo.
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