En las últimas décadas, la digitalización ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad que atraviesa de manera transversal todos los aspectos de nuestra vida. Desde cómo nos relacionamos hasta cómo producimos, vivimos en una transformación constante que redefine los entornos personales y profesionales. Esta evolución no ...
En las últimas décadas, la digitalización ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad que atraviesa de manera transversal todos los aspectos de nuestra vida. Desde cómo nos relacionamos hasta cómo producimos, vivimos en una transformación constante que redefine los entornos personales y profesionales. Esta evolución no se basa únicamente en la tecnología en sí, sino en lo que permite procesos más eficientes, decisiones mejor fundamentadas, reducción de errores, ahorro de recursos y una capacidad inédita para anticiparse a lo que antes era imprevisible.
En el entorno industrial, es evidente cómo dicha transformación está marcando un antes y un después. La digitalización ha demostrado su capacidad para optimizar operaciones, mejorar la trazabilidad de los sistemas y ofrecer un control sin precedentes. Gracias a la integración de sensores, plataformas de análisis de datos, conectividad permanente y algoritmos inteligentes, los sectores productivos están avanzando hacia modelos de trabajo más sostenibles, más eficientes y, sobre todo, más inteligentes.
El poder transformador de la digitalización en el sector de la climatización
En lo referente al sector de la climatización, este no ha quedado al margen. Más bien al contrario, ha mostrado una actitud especialmente proactiva hacia la adopción de innovaciones que ayuden a mejorar el confort, la eficiencia energética y la operatividad de las instalaciones.
Durante años, la evolución tecnológica en climatización ha estado vinculada al rendimiento de los equipos, al uso de nuevos refrigerantes o al desarrollo de soluciones más eficientes desde el punto de vista energético. Sin embargo, la digitalización ha abierto un nuevo capítulo.
Hoy, cuando hablamos de climatización digital no estamos refiriéndonos únicamente a la posibilidad de gestionar los equipos desde el móvil o a distancia. Esa funcionalidad, aunque útil, representa solo una pequeña parte de un cambio mucho más profundo. La digitalización ha introducido una nueva forma de concebir la climatización: sistemas conectados, capaces de aprender del comportamiento de los usuarios, de interpretar datos ambientales en tiempo real y de anticiparse a las necesidades del edificio antes de que estas se manifiesten.
Una capacidad de personalización y mantenimiento sin precedentes
Uno de los grandes avances en esta nueva etapa es la capacidad de personalizar el funcionamiento de los equipos en función del uso real del espacio. Permitiendo ajustar el consumo a las verdaderas necesidades del entorno para, mucho más allá de climatizar una estancia bajo parámetros genéricos, posibilitando una adaptación concreta, la ocupación, a la orientación del edificio, a la meteorología o incluso a los hábitos de quienes lo utilizan. El resultado es una reducción clara en el consumo energético y, por tanto, en los costes de operación. Pero no se trata únicamente de ahorro económico; este nivel de precisión mejora la experiencia de confort de manera tangible y permite alargar la vida útil de los equipos al evitar esfuerzos innecesarios.
A su vez, la digitalización también ha transformado por completo la forma de abordar el mantenimiento. Si, tradicionalmente, el mantenimiento de los sistemas de climatización seguía una lógica correctiva o, en el mejor de los casos, preventiva mediante calendarios fijos, en la actualidad, gracias a la sensorización y al análisis de datos en tiempo real, los sistemas pueden autodiagnosticarse, detectar anomalías incipientes y anticiparse a posibles fallos. Una capacidad de predicción que es fundamental para mantener el rendimiento óptimo de los equipos, reducir las intervenciones de emergencia y planificar los recursos técnicos de forma más eficiente.
Y es que este mantenimiento predictivo se ha convertido en uno de los pilares de la nueva climatización digital. La posibilidad de actuar antes de que un problema impacte sobre el confort o el funcionamiento del sistema no solo reduce costes, sino que incrementa la fiabilidad de la instalación. La climatización ya no es un sistema aislado que requiere supervisión constante, sino un conjunto inteligente que colabora activamente en el mantenimiento de su propio rendimiento.
GREE, apostando por la digitalización del sector de la climatización
En este recorrido hacia una climatización más eficiente, hay compañías que han logrado marcar la diferencia. GREE, con su enfoque integral hacia la tecnología, lleva años impulsando la digitalización del sector. La compañía, líder mundial en climatización con presencia en más de 190 países y regiones, ha desarrollado una estrategia que no se limita a la digitalización de sus procesos internos, desde la gestión de pedidos y consultas hasta su trámite en sus centros de logística, sino que integra soluciones que faciliten la gestión global de las instalaciones desde la fase de diseño hasta su explotación.
En este sentido, una de las incorporaciones más destacadas en su metodología es la integración de herramientas como BIM y Presto, que permiten trabajar con modelos digitales precisos y altamente colaborativos. Gracias a esta integración, los proyectos de climatización se planifican con mayor exactitud, se reducen desviaciones en obra y se optimizan los recursos desde el principio. La información fluye de forma estructurada entre todos los agentes del proyecto, lo que mejora la coordinación y minimiza los errores de ejecución.
Con BIM, GREE puede anticiparse a posibles interferencias entre disciplinas técnicas dentro de un mismo proyecto, asegurando una instalación más limpia y eficiente. Presto, por su parte, permite un control económico detallado, lo que resulta especialmente útil en obras de media y gran envergadura. La capacidad de integrar estas herramientas refuerza el compromiso de GREE con la eficiencia y el control total del proceso constructivo, aportando valor tanto a técnicos como a promotores y usuarios finales.
A su vez, la tecnología G-AI que implementan en sus split añade la funcionalidad de ajustar los parámetros de la máquina a su entorno de forma autónoma. Tomando los valores de temperatura, humedad y funcionamiento crea y ajusta a una estrategia óptima de funcionamiento, para así obtener un control de ahorro de la energía de la unidad mucho más eficiente. Cuanto más largo sea el tiempo de aprendizaje, mejor será la estrategia de control adoptada por la unidad y estará más en línea con el entorno de operación; llegando a lograr un ahorro de hasta el 10% de la energía después del aprendizaje de la unidad.
Porque lo que está sucediendo en el sector no es una moda pasajera. Es una transformación estructural que redefine el papel de la climatización dentro del entorno construido. Ya no hablamos únicamente de confort térmico, hablamos de inteligencia aplicada a la eficiencia, de datos que permiten anticiparse a los problemas y de herramientas que conectan todos los puntos del ciclo de vida del sistema.