Los cambios de política en cuanto a consumo de energía por parte de la Unión Europea empiezan a reflejar sus datos en estadísticas como esta ofrecida por Ember. Podemos observar cómo realmente ha ido cayendo el uso de energía procedente de combustibles fósiles dándole margen de crecimiento a las energías ...
Los cambios de política en cuanto a consumo de energía por parte de la Unión Europea empiezan a reflejar sus datos en estadísticas como esta ofrecida por Ember. Podemos observar cómo realmente ha ido cayendo el uso de energía procedente de combustibles fósiles dándole margen de crecimiento a las energías renovables como la eólica y la solar.
La energía solar y eólica aumenta más de un 9% en los últimos cuatro años.
En 2021 se produjo alrededor de un 19% de energía procedente de energía eólica y solar una cifra ligeramente menor a la obtenida en el año 2020. A pesar de este ligero descenso casi imperceptible, este grupo de energías renovables y sostenibles llevan años en crecimiento constante y adquiriendo cada vez más importancia.
El pasado año 2024 el volumen de energía eólica y solar producida en toda Europa alcanzó hasta el 28,5% del total. Se trata de la cifra más alta de la historia de este tipo de energías y se espera que en un futuro todavía siga incrementándose más.
Los combustibles fósiles se desploman en los últimos tres años.
Por el contrario, la energía procedente de combustibles fósiles, una energía más contaminante y sobre todo finita, puesto que los materiales acabaran agotándose, llevan años invirtiendo su tendencia.
La que ha sido la energía líder en Europa desde hace años parece que está a punto de perder esta posición privilegiada. A pesar de seguir liderando en el pasado año 2024, lo hizo por muy pocas décimas. De hecho, el total de energía procedente de combustibles fósiles fue del 28,9% y se situó a 0,4% por encima de la energía eólica y solar.
Años atrás las diferencias con otros grupos de energía habían sido mucho mayores. En 2022, cuando alcanzó su último pico, se acercaba por poco al 40%, años antes, en 2017 alcanzó la cifra máxima de este periodo produciéndose un 43% de energía procedente de estos combustibles fósiles como el carbón, el gas natural o el petróleo.
La nuclear cae ligeramente, pero mantiene su media de producción.
La controvertida energía nuclear, por su parte, ha incrementado su producción en los dos últimos años ligeramente. Si bien es cierto que desde 2022 se ha situado por debajo de la energía eólica y solar, no ha sido por un gran descenso de la producción de esta sino más bien por el incremento de la otra.
En 2015 se producía un 28% de energía procedente de nucleares, esta cifra se mantuvo más o menos estable hasta 2022 que descendió a un 22% aproximadamente. En el pasado año 2024, sin embargo, la nuclear incrementó su producción hasta el 23,7%.
La bioenergía y la hidráulica se mantienen entre las menos producidas.
La energía hidráulica es otra de las fuentes de energía renovables con las que el sistema europeo cuenta para producir electricidad. Sin embargo, esta no acaba de adquirir importancia. A lo largo de los últimos diez años esta ha oscilado alrededor del 10% de la producción total de energía con algunas subidas y bajadas. En 2024, sin embargo, se notificó un incremento del uso de esta energía que alcanzó el 13,2% la cifra más alta del periodo.
Por otro lado, la bioenergía y otras renovables se han mantenido bastante estables alcanzando el 5,8% del total de la producción de energía de Europa en 2024.