A principios del siglo XXI, el mundo experimentó una transformación tecnológica sin precedentes. El acceso a internet, los teléfonos inteligentes, las tablets y los ordenadores personales no solo modificaron los hábitos de los adultos, sino que dieron forma a una generación entera: los llamados nativos digitales, que han crecido rodeados de ...
A principios del siglo XXI, el mundo experimentó una transformación tecnológica sin precedentes. El acceso a internet, los teléfonos inteligentes, las tablets y los ordenadores personales no solo modificaron los hábitos de los adultos, sino que dieron forma a una generación entera: los llamados nativos digitales, que han crecido rodeados de pantallas, hiperconectividad y acceso inmediato a una fuente ilimitada de información.
Pero, ¿cómo influye todo esto en su desarrollo? ¿En qué medida el contacto con la tecnología y el internet impacta en su aprendizaje, sus relaciones sociales y sus habilidades cognitivas y emocionales? A continuación, vamos a responder a estas preguntas explorando diferentes perspectivas -académicas, pedagógicas, psicológicas y familiares- para ofrecer una mirada equilibrada sobre el papel de la tecnología en la vida infantil.
Tecnología y aprendizaje: entre el acceso y la distracción
Ventajas del entorno digital
Uno de los argumentos más frecuentes a favor del uso de la tecnología en la infancia tiene que ver con las oportunidades de aprendizaje. Hoy en día, plataformas como YouTube, Khan Academy, Duolingo o apps educativas permiten que los niños aprendan desde matemáticas hasta idiomas extranjeros a través de métodos interactivos y adaptativos.
Además, la educación formal también ha integrado las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) como herramientas pedagógicas. Las pizarras digitales, plataformas de aula virtual (como Google Classroom o Moodle), juegos educativos y recursos multimedia enriquecen el aprendizaje y permiten una mayor personalización. "Las tecnologías bien utilizadas pueden mejorar el rendimiento académico, estimular la curiosidad y adaptarse al ritmo de cada niño", explica la pedagoga Laura Domínguez. "Pero esto requiere acompañamiento docente y familiar, y no puede dejarse al azar", avisa.
A pesar de estas ventajas, la tecnología también ha introducido nuevos desafíos en el aula y en casa. Uno de los principales problemas es la distracción. Las notificaciones constantes, la posibilidad de saltar de una tarea a otra y el acceso a redes sociales o videojuegos en dispositivos multifunción pueden dispersar la atención de los estudiantes.
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