Hace unos años, cuando los primeros robots aspiradores llegaron a nuestros hogares, teníamos claro que eso era el futuro. Teníamos un aparato que se movía por nuestra casa, un poco a lo loco y dándose golpes, eso sí, pero aspirando el polvo. Ayudándonos, vamos. Tras esos primeros robots aspiradores, que sorprendieron ...
Hace unos años, cuando los primeros robots aspiradores llegaron a nuestros hogares, teníamos claro que eso era el futuro. Teníamos un aparato que se movía por nuestra casa, un poco a lo loco y dándose golpes, eso sí, pero aspirando el polvo. Ayudándonos, vamos.
Tras esos primeros robots aspiradores, que sorprendieron a todos, llegaron los que fregaban, los que se podían controlar por la app, los que podían subir escaleras y, finalmente, ha llegado a nuestros hogares el Roborock S7 MaxV Ultra y la base de carga autovaciable. Con esta nueva incorporación a su portfolio, presentada a inicios de año en el CES de Las Vegas, la marca china ha gritado a los cuatro vientos `aquí estoy´… ¡Y vaya si está! Esperamos que por muchos más años, porque los robots que presenta son siempre una maravilla. Una maravilla como este Roborock S7 MaxV Ultra, que pasamos a analizar a continuación.
Imponente
Sin duda, lo que más salta a la vista son las dimensiones de una base que se ve la pongas donde la pongas. Es grande. Esto no lo podemos negar. Cuando nos llegaron las dos cajas, la verdad, nos asustamos un poquito. Pero…la experiencia de uso nos ha hecho amar (y con todas nuestras fuerzas) una base que nos puede recordar a una nave espacial o a tres cubos de basura pequeños. Es decir, estéticamente no es muy bonita que digamos. Sin embargo, los tres depósitos que hay en la parte superior hacen que nos olvidemos del mantenimiento del robot por una buena temporada. ¡Y eso se agradece muchísimo! No obstante… ¿a quién no se le ha olvidado más de una vez vaciar el depósito del polvo? ¿O limpiar la mopa para fregar? ¿O poner el agua para que el robot friegue?
Para facilitarnos el trabajo al máximo (y esta es la gran ventaja de la combinación Roborock S7 MaxV + base de carga autovaciable), la base cuenta con un depósito de sólidos con una capacidad de 400ml. El depósito viene con una bolsa de polvo desechable instalada, que es la que tendremos que ir cambiando a medida que se vaya llenando. Aunque yo en estas semanas no he tenido que vaciarla en ningún momento (tampoco tengo ninguna mascota, supongo que con algún animal correteando por casa, la cosa puede cambiar). Lo que sí que es cierto es que, en los tiempos que estamos, sería interesante que este depósito no funcionase con bolsa, sino que fuese un simple cubo o depósito que se pudiese vaciar directamente en la basura.
Por otra parte, la base incorpora dos tanques de fregado de 200ml (uno para el agua limpia, y el otro para el agua sucia) con pestillo de seguridad. Estos tres depósitos tienen una gran capacidad que no nos puede ofrecer el robot por sí solo.
En la zona delantera de la base, encontramos el logo de roborock y una luz indicadora de estado: vaciando/lavando la mopa (pulsos de luz); error en la base (rojo) o cargado/apagado (luz apagada).
En la parte trasera, es un detalle pequeño, pero encontramos el enchufe con una ranura de almacenamiento para guardar el cable sobrante. Un detalle que me ha gustado mucho porque hace que todo quede más recogido, y que a la hora de enchufar nuestro robot no tengamos que quitar tantos cables de en medio.
En cuanto al robot, sigue la línea de su predecesor, el Roborock S6 MaxV. La principal diferencia es que el nuevo modelo tiene un acabado mate que nos permite disfrutar de un robot mucho más elegante y en el cual el polvo y las huellas quedan mucho menos marcadas. Hemos probado algunos modelos blancos y en brillo, y, la verdad, el negro mate es lo mejor que nos ha pasado en este campo.
En la parte frontal, el robot tiene dos `ojos´ (dos cámaras RGB) y los sensores, que nos ofrecen una navegación y una limpieza totalmente inteligentes. Estas cámaras, como comentaremos más adelante, nos permitirán usar la app para ver a través de ellas, pero también son las que le permiten detectar los objetos. Encontramos la luz infrarroja que es la que se enciende para poder ver en la oscuridad. En la zona frontal, también se sitúan los típicos "parachoques", para evitar esos golpes contra las patas de muebles (aunque he de decir que este modelo lo controla muy bien).
El Roborock S7 MaxV Ultra tiene un tamaño de 35,3 x 35 x 96,5 cm, con lo que sigue pasando perfectamente por debajo de la mayoría de muebles. Su peso es de 4,65kg. En cuanto a la parte de abajo del robot, cuenta con la rueda para elevarse cuando el robot encuentre alfombras, diferentes sensores, la zona para instalar la mopa, el depósito del agua y un cepillo de goma, que se enreda menos que las anteriores cerdas que se usaban.
En la zona superior, encontramos una luz led y tres botones: limpieza de un área específica (que elegiremos a través de la aplicación); apagado o encendido del robot y también de la limpieza; y el botón de Home, para que el robot vuelva a la base. Asimismo, en la parte superior en el centro, encontramos una minitorre con el logo de la marca y en la que hay unas cámaras con las que se logra el mapeo del hogar y también la navegación. Finalmente, podemos acceder al depósito de sólidos (polvo, pelos y demás) a través de la parte superior. Para ello, debemos levantar la tapa. Esta es una acción rutinaria que hacíamos en los otros Roborock pero que, gracias a la base de autovaciado, ya no tendremos que hacer (casi nunca).
Antes de ponerse a fregar, el robot aspirador limpia y humedece la mopa con el agua limpia, y el agua sucia se pasa al cubo de la izquierda. Al final, cuando ha terminado, vuelve a la base, y vacía el depósito de polvo. No tener que vaciar el depósito tú mismo va muy bien para las personas como yo que padecemos alergia al polvo. Además, tener un robot como este, que permite `mantener´ la casa con tanta facilidad, también se agradece mucho.
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