Galaxy S20: Samsung continúa con la tradición de excelencia

Un par de semanas antes del Mobile World Congress (evento finalmente cancelado por la amenaza del Coronavirus), Samsung presentaba su nueva gama de flagships, la Galaxy S20, consistente en tres modelos: el S20, el S20+, y el S20 Ultra.

28/04/2020

Todavía reina del mercado, la fabricante surcoreana empieza a notar en su nuca el aliento de una Huawei que ha sufrido en estos últimos meses el traspiés del anuncio de embargo de la administración Trump, pero del que todavía queda por ver en qué medida le puede perjudicar, si no ...

Todavía reina del mercado, la fabricante surcoreana empieza a notar en su nuca el aliento de una Huawei que ha sufrido en estos últimos meses el traspiés del anuncio de embargo de la administración Trump, pero del que todavía queda por ver en qué medida le puede perjudicar, si no es que la acaba beneficiando de alguna manera.

Habida cuenta de quien le quiere disputar el trono, Samsung estaba obligada a lanzar un producto más que excelente en esta iteración de su principal flagship. ¿Lo ha conseguido? Tras tomarle el pulso al Galaxy S20, yo digo que sí.

Presentación

La impronta de la casa (caja negra con serigrafiado del modelo) se mantiene, aunque con un look más mate. Al abrir la caja, nos encontramos directamente el terminal y, en el interior de la tapa, una cajita de cartón con la documentación en papel del terminal: guía de comienzo rápido, y garantía. En la parte posterior de dicha cajita encontramos el punzón para abrir el compartimento de la tarjeta SIM/microSD.

Una vez retirada la bandeja que contiene el terminal, hallamos el cargador y, como si estuviéramos entrando en una tumba faraónica sin profanar, tres cajitas pequeñas (que harían las veces de sarcófagos), en las cuales encontramos el cable USB-C a USB-C, y los auriculares AKG con sus correspondientes siliconas para cambiar si las que lleva como estándares nos van demasiado grandes o pequeñas.

Diseño

Se nota que mantiene las líneas maestras de aquel ya lejano S8, pero adaptadas a los nuevos tiempos, aunque particularmente me parece menos rompedor y elegante.

En la parte superior de su frontal destaca el objetivo de la cámara, incrustado como una isla y rodeado por un mar de pantalla. Sin lugar a dudas, el rasgo más distintivo de la marca actualmente, y detalle que rompe lo anodino del diseño hasta llegar a los objetivos del sistema de cámaras trasero. Las que rompen la línea son siempre las cámaras...

En su lateral superior podemos apreciar la bandeja para las tarjetas SIM (formato nanoSIM), doble y cuyo segundo slot podemos dedicarlo a una tarjeta microSDXC con una capacidad de hasta 128 GB. También en este mismo lateral podemos apreciar el micrófono de ambiente para la funcionalidad de cancelación de ruido.

En el centro del marco inferior, vemos el puerto USB-C y, a su derecha, el altavoz multimedia, mientras que a su izquierda tenemos el micrófono de voz. Esta vez sí, Samsung ha optado por eliminar el minijack para la conexión de unos auriculares, una conexión que muchos usuarios agradecen pero que cada vez va quedando más obsoleta en favor de los omnipresentes auriculares Bluetooth, o bien de utilizar el puerto USB-C para la salida de audio.

El botón de encendido, y los botones de subida y bajada del volumen vamos a buscarlos al lateral derecho, mientras que en el izquierdo no tenemos ningún control que rompa la línea.

Un elemento capta poderosamente nuestra atención cuando pasamos al lado posterior: el rectángulo que alberga los objetivos del sistema de cámara, triple, y el flash que los acompaña.

Llama la atención por diferenciarse claramente del resto de la parte trasera, y sobresale entre 1 y 2 milímetros, dando como resultado que al poner el S20 sobre una superficie, el terminal no se asiente por completo sobre esta.

Esto provoca una sensación rara cuando, por ejemplo, tecleamos el código pin de desbloqueo sobre el teléfono dispuesto en una mesa, ya que este hace el típico "clac-clac" de, por ejemplo, una mesa que tiene una pata más corta que las tres restantes. No obstante, no pasa de aquí.

La evaluación de un diseño siempre es algo muy personal. En lo que a mi concierne, el Galaxy S20 presenta un diseño sencillo, pero que no dota al terminal de gran elegancia ni de una línea rompedora. El rectángulo en el que se enmarcan los objetivos del sistema de cámara parece un pegote añadido con el que no han sabido lidiar los diseñadores, y en general el terminal pierde la elegancia distintiva que tenían anteriores modelos de esta misma gama.Tal vez en el departamento de diseño de la marca surcoreana se han fiado demasiado del impacto que causa la `mancha´ de la cámara delantera.

Los acabados siguen siendo de primera calidad, y el terminal es agradable al tacto, no resbalando en exceso, y teniendo en cuenta que se ha diseñado con superficies bastante pulidas.

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