Lo que llama más la atención nada más desembalar el equipo, es un impresionante diseño para el rango de precio en el que nos encontramos. Un equipo todo pantalla, con un mínimo marco de tan solo 2,39 milímetros y un grosor máximo de 62 mm en la parte de electrónica. Gracias a su acabado metálico basado en el aluminio, el chasis da la sensación de calidad y elegancia.

El equipo incluye una peana de aspecto triangular, situándose de forma compacta en su parte superior, todo el apartado de electrónica, de forma que aunque en dicha zona el grosor se incrementa hasta los 62 mm, permite que la parte superior del chasis sea superfina. Es en esa zona donde se encuentran las tomas de audio y vídeo, que incluyen tomas HDMI (una con audio de retorno ARC), USB 2.0, vídeo compuesto o salida SPDIF de audio. El fabricante tampoco se ha olvidado de aquellos usuarios que prefieran "colgarlo" directamente de la pared, para lo que incluye conexión VESA 200 (aunque no viene el soporte con el equipo, habrá que comprarlo aparte).

Pantalla

Con sus 50 pulgadas de diagonal, la práctica ausencia de marcos (ya que son de tan sólo 2,9 mm) y su resolución 4K; el panel que integra este H50U7B no puede dejar indiferente a nadie. Gracias a su tecnología VA (Vertical Alignment), el panel nos ofrece unos niveles de contraste bastante mejores de los que se obtendría con un panel IPS; pero a cambio nos hemos de contentar con unos ángulos de visión algo deficientes y no tan amplios como los que se obtendría con dicha tecnología. Por lo tanto, si la función principal del televisor va a ser un visionado desde una posición frontal, no habrá problemas. Pero el usuario debe tener claro que con ángulos más extremos (desde los laterales), tanto el contraste, como los colores se resistirán bastante. A cambio, obtendremos negros profundos y colores saturados en su ángulo de visionado óptimo.

Eso sí, hay que entender que estamos ante un equipo de gama media, basado en tecnología EDGE LED y que como mejora, incorpora 16 zonas de local dimming. Con ellas se intenta paliar los pequeños problemas que puede generar este tipo de retroiluminación que se genera en la parte inferior de la pantalla y que hace difícil controlar una exposición precisa en toda el área visible.

Para mejorar todavía más la calidad de imagen, conseguir mayor contraste y escenas más impactantes, el equipo cuenta además con soporte para los últimos modos HDR del mercado y aquí la nota es más que alta, ya que es compatible con los principales modos de la actualidad. A saber: HDR10, HLG, HDR10 + y Dolby Vision, por lo que en ese aspecto el equipo cumple con creces. El pequeño pero que se le podría poner al televisor, es el de contar con un panel de tan sólo 8 bits, con lo que tendremos asegurados degradados de color bastante "abruptos" de forma nativa. El fabricante intenta paliarlo mediante software, con la inclusión del Frame Rate Control. Acostumbrados como estamos hoy en día a la más alta calidad de imagen, un panel de 10 bits sería lo deseable, pero evidentemente aumentaría considerablemente de precio el equipo y hay que recordar que este Hisense se encuentra en la gama media de televisores.

Sonido

Aunque no lo pueda parecer por su gran delgadez, estamos ante un televisor con un sonido más que notable. Ello se debe a que los altavoces se encuentran situados en su parte inferior (en la parte donde se aloja toda la electrónica y que es bastante más gruesa que el resto del chasis). Gracias a ello, sus dos altavoces de 10W ofrecen un sonido de calidad y sin distorsiones, algo que no pueden lograr equipos similares debido a su escaso fondo. Además, incluye soporte para Dolby Atmos y en su configuración, se incluye un ecualizador para ajustar este apartado como más le agrade al usuario.

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