Zeeclo H3: estabilidad, maniobrabilidad y seguridad

En estos últimos años ha habido una verdadera explosión de los hoverboards, estos dispositivos de transporte personal cruce entre monopatín y Segway. Esto ha llevado a los consumidores a tener que saber distinguir entre las empresas que solo quieren aprovechar la ola para surfearla con productos de dudosa calidad, y fabricantes que realmente creen en lo que hacen y se esmeran en lanzar buenos productos. Personalmente, y tras probar su modelo H3, creo que Zeeclo entra en esta última categoría; la de los fabricantes que están comprometidos en hacerlo bien porque creen realmente en lo que hacen, y tienen un plan a largo plazo que no pasa sólo por aprovechar el momento.

03/07/2018

El hoverboard H3 de Zeeclo se presenta en caja de cartón, protegido con una serie de piezas de porexpán. No es una presentación excesivamente cuidada, pero también debemos pensar que no se trata de la caja de un smartphone que, por su tamaño, seguramente guardaremos por mucho tiempo y, por ...

El hoverboard H3 de Zeeclo se presenta en caja de cartón, protegido con una serie de piezas de porexpán. No es una presentación excesivamente cuidada, pero también debemos pensar que no se trata de la caja de un smartphone que, por su tamaño, seguramente guardaremos por mucho tiempo y, por lo tanto, tiene sentido cuidarla en gran medida.

Junto al hoverboard, encontramos un manual de instrucciones impreso en el que se nos explican los principios para utilizar el hoverboard, así como las medidas de seguridad y su mantenimiento. Son 30 páginas de un tamaño aproximado de medio folio, que se leen con bastante facilidad y que nadie debería pasar por alto, tenga o no experiencia, y sea este su primer hoverboard o no.

La funda incluida es buena para guardar el patín eléctrico cuando llegamos al destino, pero en mi opinión -o bien es que soy un "manazas"- cuesta un poco ponerla, lo suficiente como para resultar una molestia cuando llegamos a un lugar con el tiempo justo (y, ya lo sabemos, con cierto nerviosismo por ello) y tenemos que darnos prisa en la operación. ¿El problema? A mi entender ajusta demasiado. ¿Habéis probado alguna vez a poneros unos pantalones demasiado ajustados?

Finalmente, tenemos el cargador, con una clavija de tres orificios.

Diseño

No me ha parecido un hoverboard que se distinga del resto en cuestiones de diseño, aunque este no es el apartado más importante del Zeeclo H3, puesto que los detalles que no se ven a simple vista son los más importantes. En este sentido, sigue los cánones estéticos y de funcionalidad habituales en estos "trastos". Destacan, eso sí las "inmensas" ruedas de 10 pulgadas, inmensas en comparación a los vehículos homólogos con ruedas de 6 pulgadas.

El indicador de batería está situado en la parte de la plataforma que no pisamos, centrado, al igual que el indicador de funcionamiento (el primero a la izquierda según lo vemos desde arriba, y el segundo a la derecha), de forma que los podemos ver cómodamente de un simple vistazo mientras pilotamos. El botón de arranque se sitúa en la parte inferior izquierda, mientras que a la derecha tenemos el terminal de carga. Este, por cierto, no está protegido por ninguna tapa (cosa que hubiera sido aconsejable), por lo que después de pasar por terrenos mojados o húmedos (por ejemplo, tras haber llovido) es aconsejable una limpieza y secado a fondo antes de recargarlo.

En la parte delantera de las plataformas de apoyo de los pies, contamos con sendas luces azules que, a la hora de la verdad, son más decorativas que prácticas por su escaso alcance. Además, yendo a cierta velocidad, los obstáculos que podamos ver gracias a ellas ya estarán demasiado cercanos como para evitarlos. Tal vez en este sentido Zeeclo hubiera ganado más sustituyendo dichas luces por unas luminarias blancas con mayor potencia (aunque siempre observando el consumo), que iluminaran un poco más, siendo de mayor utilidad.

El zumbador de aviso de que el patín no está estabilizado será muy útil a los pilotos noveles, pues evitará caídas con los posibles daños y el más que seguro bochorno público. Además, también dispone de varias medidas de seguridad que indican comportamientos incorrectos del usuario que, por suerte, casi no vi (soy un piloto muy legal y seguro).

Se encuentra disponible en varios colores, como azul o negro, siendo la versión en rojo la que hemos probado nosotros.

En cualquier hoverboard tenemos tres parámetros que nos interesan especialmente: como será conducirlo, hasta donde podré llegar con él y cuánto tardará a cargarse. Así que vamos a ello.

Manejabilidad

Como cualquier otro hoverboard autobalanceable, lo controlamos con el movimiento del cuerpo, desplazando nuestro peso. Se maneja con facilidad, más incluso que en otros modelos que he podido probar, y un peso un poco mayor de lo habitual por parte del usuario no le añade dificultad en el control ni penaliza su rendimiento. Responde rápido a las variaciones que hacemos de nuestro cuerpo para comandar el aparato, de forma que frenar o acelerar será muy fácil e intuitivo, además de responder en el momento que queremos.

Si bien en algunos modelos de otros fabricantes los giros pueden ser un poco bruscos (especialmente si no vigilamos con la velocidad), en el H3 de Zeeclo hemos podido trazar curvas más o menos cerradas con suficiente suavidad.

Probablemente esto es debido a que es un hoverboard de 10 pulgadas, más estable en teoría -y en la práctica- que las seis pulgadas habituales. Además, estas ruedas son capaces de "tragarse" algunos obstáculos, como piedras de pequeño tamaño, de forma que no los notaremos en nuestra progresión, a diferencia de otros patines eléctricos que son más "sensibles" en este aspecto.

No obstante, un aspecto que no debemos pasar por alto a la hora de considerar la compra de este hoverboard, es el hecho de que las ruedas son hinchadas, y no macizas como en otros aparatos, por lo que deberemos mantener y comprobar su presión, aunque por lo que yo he visto, esta debe durar bastante tiempo incólume.

La comodidad de los pies es un tema que muchos consumidores pasan por alto a la hora de adquirir un hoverboard, pero que es fundamental. No en vano, nos podemos pasar tranquilamente una hora sobre este aparato diariamente, si lo utilizamos, por ejemplo, para ir y venir del trabajo. En el caso del ejemplar probado, la comodidad de los pies es máxima, no los cansaremos yendo de un lado para otro, pues el hecho de que la carrocería cuente con un almohadillado flexible, permite que incluso los baches no supongan un problema de amortiguado.

En cuanto nos bajamos de él y tenemos que acarrearlo, tenemos un problema: pesa 13 kilos y es de mal agarrar (lo digo por experiencia).

Para leer el análisis completo, haz click en el PDF adjunto.

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