El empaquetado de la cámara es el típico de cartón de estas soluciones, en color blanco, con la información básica del dispositivo repartida entre dos de sus caras. La caja contiene, de forma separada, el sensor IntelliTag y el de apertura de la tapa de la cámara en una caja gris, y la cámara y su alimentación en una caja de color entre amarillo y naranja. En esta última, podemos encontrar la cámara en sí, y una sección separada en un cajón (mención aquí para el excelentemente diseñado y muy cómodo packaging, que marca una diferencia) que contiene un sobre con dos pegatinas indicadoras de alarma, un brevísimo manual descriptivo y de puesta en marcha.

Debajo de dicho sobre encontramos el cable USB de conexión, de tres metros. Es un conector USB tipo A de sobremesa para el lado del cargador, y micro USB de tipo B por el otro lado.

Diseño

La Somfy One+ presenta un formato cilíndrico al que si le añadimos el hecho de que la cámara puede quedar tapada gracias a una pequeña tapa deslizante, puede pasar desapercibida integrándose con el entorno como si fuera un elemento decorativo más.

Todo ello, realizado en un inmaculado color blanco. La cámara Somfy One, con algunas prestaciones menos que el modelo One+, también está disponible en negro.

Puesta en marcha

El proceso de instalación no es difícil, y consiste básicamente en descargar, instalar y ejecutar la app Somfy Protect en nuestro smartphone para seguir los pasos que esta nos proponga. El primero, crearnos una cuenta.

Al llegar al punto del asistente en el cual nos solicita la dirección en la cual residimos, estos datos son obligatorios. Sinceramente, con las noticias que se han dado periódicamente de robo de datos de servidores, y por muy protegidas y encriptadas que me aseguren en Somfy que las tienen, no me hace mucha gracia facilitar dichos datos para que estén en Internet, ni creo recomendable que una solución de este tipo los exija. Supongo que es innecesario decir que, en mi caso, me inventé una dirección para no poner la mía. Cada uno que haga lo que mejor entienda, aunque hay que pensar que lo que se gana en anonimato, se pierde en funcionalidad.

Como última etapa de la primera fase, la app nos permite introducir un número de teléfono de emergencias que podremos marcar desde la misma aplicación, estando preconfigurado en mi caso el 112. La segunda fase nos lleva a configurar la cámara y sus complementos, conectándola en primer lugar a la red Wi-Fi. Esto se hace introduciendo la información sobre la red y su contraseña en la app del teléfono, con la cual esta genera un código QR que debemos enfrentar a la One+ para que lo lea y se conecte así a nuestra Wi-Fi. Una vez conectada, en la app da comienzo un breve tutorial.

Funcionamiento

La Somfy One+ funciona de la misma forma que cualquier otra cámara de videovigilancia doméstica conectada a la nube: la ubicamos, conectamos, configuramos, y la controlamos mediante su app instalada en nuestro smartphone. Un aspecto que me ha gustado de esta cámara de videovigilancia es que si alguien intenta desconectarla de la corriente, salta de forma automática la alarma.

El dispositivo incluye una batería con seis horas de autonomía, por lo que en caso de irse la luz, no sonará de forma automática (pues entiendo que detecta la remoción del cable mientras está activado y vigilando, mediante algún sistema magnético o de presión), ni se apagará. Lo que me ha sorprendido es que no tenga entorno web (para consultar desde un ordenador de sobremesa), aunque es algo superfluo en la mayoría de los casos, pues con lo que trabajaremos es con la app.

Lo que tiene, y para lo que nos hace abrirnos cuenta, aparte de para la app, es para manejar nuestros datos y productos, así como para facilitar la adquisición de otros productos relacionados de la misma compañía. Si somos un poco manitas, podremos conjuntar este dispositivo con productos Nest, o bien automatizar sus flujos de trabajo y respuestas a eventos mediante IFTTT (If This, Then That), un sistema de automatización de comandos. Pero esto es para los más manitas, o para saberlo y que después te lo configure un técnico.

También es posible controlarla a través de comandos de voz mediante Amazon Alexa. La documentación es muy escasa, y la mayoría de las cosas deberemos ir realizándolas por intuición, aunque la sencillez de la app nos ayuda en esto.

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