9 bi Total No Frost de Indesit, con tecnología Push&Go, enfría al toque. Incorpora un contenedor extraíble debajo del estante y en él se pueden almacenar las sobras de la comida para calentarlas más tarde. Para los hogares en los que el espacio sea un factor de peso, Hisense lo resuelve con sus modelos ‘Kitchen fit’, donde la ventilación se realiza desde la parte inferior y su sistema de apertura es de 90º. Facilitan el enfriamiento uniforme y constante gracias a Metal Tech Cooling, una lámina de acero inoxidable situada en la parte trasera del aparato. TCL otorga más amplitud y flexibilidad a través de Mega Space de 456 litros, que emplea un material como VIP Thin-Wall, con el que consigue que su capacidad aumente hasta un 19 % sin que se necesite más espacio en la cocina. La tecnología Multi Air Flow establece “una refrigeración constante en todo el interior, eliminando los puntos calientes y previniendo el deterioro”, señala la compañía, mientras que el compresor inverter adapta su velocidad en función a la demanda de refrigeración. Smeg lanza un guiño a lo clásico aliándose con Porsche en una edición limitada de tan solo 1.970 unidades numeradas para rendir culto a la primera victoria del Porsche 917 KH Salzburg en las 24 Horas de Le Mans en 1970. Lo materializa con un frigorífico FAB28/ 917 Salzburg revestido de color rojo y en los colores Carrara White Metallic y Shade Green Metallic, que exhiben elementos decorativos del Porsche. Un diálogo con la inteligencia como mediadora La conectividad e inteligencia artificial han ido ganando más presencia. Tanto es así que el usuario puede establecer una comunicación directa con el aparato sin necesidad de estar a su lado. Sin ir más lejos, la gama Miele MasterCool favorece que la refrigeración sea más personalizada. Está equipada con cámaras para obtener una panorámica completa de lo que hay dentro del frigorífico, y a través de la app Miele@ Home se puede regular la temperatura del aparato, recibir alertas al instante o solicitar accesorios en caso de necesitarlo. Con ella se puede fabricar hielo en dos tamaños y en cubos separados, y un dispensador de agua interno surte al consumidor con agua fresca y filtrada. Asimismo, Samsung logra que sus frigoríficos Bespoke AI se conviertan en una central de datos al dotarlos de pantallas Family Hub desde la cuales gestionar su funcionamiento y del resto de dispositivos conectados a SmartThings, sirviéndose de inteligencia artificial para adecuar los parámetros de refrigeración a las condiciones del frigorífico: “Cuando hay menos comida en su interior, cambia las fuentes de refrigeración para reducir el consumo de energía”, señalan en la web de la firma. AI Vision Inside 2.0 es quien se encarga de identificar y clasificar de forma automática “más de 37 tipos de frutas y verduras, así como alimentos envasados”, a la vez que informa acerca de cuando la caducidad de un producto está cerca y recomienda recetas y ayuda a prepararlas. Es posible compartir la pantalla del smartphone en la pantalla del frigorífico, responder a una llamada, permite la apertura automática de puertas, dispone de la función ‘modo de ahorro de energía’ para reducir el consumo energético, cuenta con reconocimiento de voz, y se puede escuchar música o ver vídeos. A través de Voice ID reconoce las voces registradas de los usuarios, permitiéndoles acceder a funciones más personalizadas cuando interactúan con la pantalla. Haier aprovecha todo el potencial de la IA para ajustar el frío al clima y a los hábitos de consumo, localizar de manera inteligente el lugar en el que se encuentra cada producto y llevar a cabo un seguimiento en tiempo real para emitir alertas en caso de apagones. LG añade la bisagra Zero Clearance, extendiendo la apertura de la puerta hasta los 110º, y la tecnología AI Fresh revisa los hábitos de la apertura de la puerta a lo largo de tres semanas y reduce la temperatura de forma adelantada en las horas punta. Como oro en paño Las vinotecas se integran en la cocina con una fuerza estilística propia y consiguen que los vinos no pierdan sus propiedades. Pero, ¿por qué adquirirla por separado cuando es posible incorporarla en el frigorífico? Liebherr propone XRCbs 5295, un modelo SidebySide con vinoteca integrada con dos temperaturas diferenciadas y situada en un compartimento independiente. Otro modelo resolutivo y adaptativo es el de la serie Vinidor Selection, integrado bajo la encimera y que alberga hasta 38 botellas. Se presenta con alturas de entre 82 y 88 cm, y de 86 a 92 cm. Por su parte, Sub-Zero & Wolf preserva el estado de humedad y temperatura de los caldos, los protege frente a los rayos UV y las vibraciones, e introduce dos zonas independientes para almacenar los tintos y blancos, consiguiendo que su frescura, aroma y sabor no se alteren. Sus conservadores de vino integrados de la Serie Diseño, con rejillas de extensión completa, custodian el vino ante los efectos del calor, la humedad, la luz y las vibraciones. A su catálogo se unen el almacenador de bebidas bajo encimera, su refrigerador bajo encimera con dos estantes en la puerta y sus cajones de frigorífico para interior o exterior. Estos últimos, representados por ICBID-24RO, pueden almacenar más de 70 litros y cuentan con divisores ajustables y extraíbles. Dentro de la colección Sipario de Elleci se ofrece la nevera para vinos de 45 cm en la que poder guardar 22 botellas. Incorpora pantalla táctil para regular de forma automática la temperatura interior, dispone de estantes en madera con guías telescópicas y puerta abatible. La gama Pearl Beige de Miele incorpora, entre otros electrodomésticos, un acondicionador de vino con doble zona térmica. No tiene tiradores y sus rejillas de madera personalizables se adaptan al tamaño de cada botella. Se abre con tan solo presionar el frontal de su puerta y tiene capacidad para 80 botellas. El color es otro elemento diferenciador: se reviste de acabado perlado y refinado. Finalmente, Pando llama la atención con sus vinotecas multicolor. Ejemplo de ello es el modelo de vinoteca de cajón PVMC 15-5, con el que se puede elegir entre diferentes acabados y dispone de distintos tipos de iluminación e intensidades. “Un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros”, advierte Luis Moreno, director general de Ecolec
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