Electromarket_374

7 En España, los frigoríficos tienen de media una vida útil de 11 años, mientras que los modelos categorizados como combi extienden su durabilidad entre 11 y 15 años, dependiendo de la marca. Así lo refleja el ‘Informe de obsolescencia de productos’ llevado a cabo por la Subdirección General de Residuos (SGR, en adelante) del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) en 2024. A la hora comprar un dispositivo de este tipo son muchas las razones por las que se decide dar este paso, como que el número de residentes en la vivienda se ha incrementado o que el modelo ya no funciona como lo hacía antes y esto conlleva a un incremento en la factura. También influye el uso que se le da (apertura y cierre de puerta constantes, sobrecargar su almacenaje interior y la zona de congelador de manera frecuente, etc.), el alto coste del arreglo en comparación a adquirir uno nuevo, problemas para encontrar piezas de repuesto ante el gran volumen de actualización de aparatos, falta de mano de obra o, simplemente, por razones estéticas. Incluso puede ocurrir que este haya sufrido varias reparaciones seguidas y todavía no funcione bien. Asimismo, el informe desvela que el clima de la zona geográfica en el que esté instalado dicho electrodoméstico podría influir en su durabilidad: “En las zonas climáticas con grandes fluctuaciones de temperatura, la vida real era más corta, mientras que algunos frigoríficos se utilizaron durante más de 15 años”. Aun así, prolongar el funcionamiento de los aparatos actuales no es un sueño inalcanzable, puesto que la ley está del lado del consumidor y de las compañías que se dedican a este fin. Según recoge la publicación, a nivel nacional “hasta ahora existía la obligación de tener disponibles piezas de recambio durante cinco años de los aparatos discontinuados. Sin embargo, a partir del 1 de enero de 2022, son 10 años según la última actualización del Real Decreto Legislativo 1/2007 de 16 de noviembre, debido a la publicación del Real Decreto-ley 7/2021, de 27 de abril, lo que va a permitir reparaciones que antes no se podrían dar. Además, el fabricante tendrá que incluir un manual de reparación y asegurarse de que los productos puedan ser desmontados” para su arreglo. Y es que la circularidad cada vez está más presente en el desarrollo, funcionalidad y proceso final de los equipos. Ejemplo de ello es la apuesta de Beko, que añade materiales sostenibles y orgánicos en la fabricación de sus frigoríficos BioCycleTM: las hueveras se crean a partir de cáscara de huevo y plásticos de base biológica, mientras que para el sellado de la puerta se utiliza aceite de soja y en la cubierta del ventilador se emplea “PLA de origen biológico, como almidón de maíz o caña de azúcar”, señala la firma en su nota de prensa. Su compromiso por minimizar el impacto medioambiental se extiende al embalaje de sus productos a través del plástico reciclado. En relación con lo expuesto, hace poco se celebró la novena edición de la campaña #GreenWeek25 de la Fundación Ecolec para concienciar a la población acerca de la importancia de reciclar correctamente los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE). Luis Moreno, director general de Ecolec, recordó a los consumidores el derecho a dejar el electrodoméstico en desuso en los establecimientos que los comercializan sin que estos estén obligados a realizar una nueva compra y este servicio se extiende a su vez a aquellos aparatos que se compran de forma online. Esta Fundación lleva ocho años consecutivos recogiendo más de 100.000 toneladas de estos residuos. En una nota de prensa emitida por la organización, Moreno advierte de que “un frigorífico mal reciclado emite a la atmósfera gases de efecto invernadero equivalentes a las emisiones de un coche en 15.000 kilómetros”. Es por eso que queda más que demostrado que si un dispositivo electrónico se dirige al punto de recogida correcto puede ser reincorporado a la cadena de producción para dar a vida a un nuevo producto. En los últimos veinte años, la European Recycling Platform (ERP) ha conseguido recoger y gestionar más de cinco millones de toneladas de RAEE a nivel europeo. Este gesto le ha servido para “recuperar materiales mediante el desmontaje de los aparatos al final de su vida útil y la transformación de sus componentes en materias primas secundarias”, informan. Lo que se traduce en “más de 89.000 toneladas de aluminio, más de 54.000 toneladas de cobre y más de 92 toneladas de plata”, entre otros. 2024 2023 2022 2021 2.015 2.061 1.959 1.997 MERCADO ESPAÑOL DE LÍNEA BLANCA MILLONES DE EUROS MILES DE UNIDADES 2024 2023 2022 2021 9.138 8.491 7.858 8.075 Fuente: Consultoras. Elaboración: Electromarket.

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=