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69 aguantar todo un día de uso, de manera que siempre podamos estar en contacto cuando sea necesario. Además, desde SPC aconsejan enseñar a los niños y jóvenes a optimizar el uso de batería de su dispositivo para que aprendan a gestionar correctamente este valioso recurso. 5. Apps para todo y para todos Existen millones de apps disponibles en la actualidad. Algunas son verdaderamente útiles, mientras que otras pueden poner en peligro desde la productividad, hasta la seguridad. En primer lugar, es pertinente explicar los riesgos, con el propósito de que apuesten siempre por apps de calidad y utilidad. Sin embargo, también es importante asumir que los niños y jóvenes van a querer utilizar el móvil para jugar, chatear o editar fotografías. En este caso, lo aconsejable es ayudar a encontrar los juegos y apps más ajustados a su edad y enseñarles a realizar un uso responsable. En este sentido, podemos emplear los limitadores de uso de apps, que incluyen los principales sistemas operativos: basta con reducir el tiempo máximo que el niño puede utilizar determinadas aplicaciones y, cuando se alcance, se bloqueará el acceso a la misma. Además, siempre podremos optar por apps sentido, la lucha contra el acoso escolar y el ciberacoso debe ser, sin duda alguna, una prioridad. Asimismo, según Unicef, “un análisis detenido de los datos, además de romper algunos mitos, va a ser fundamental para diseñar las nuevas políticas de prevención”. Por otro lado, el uso de videojuegos constituye uno de los principales canales de ocio de las nuevas generaciones, y no tan nuevas, que puede tener relevantes implicaciones a nivel de salud mental y de convivencia. Según remarca Unicef, muchos de los más jóvenes podrían “estar haciendo un uso intensivo y sin supervisión de videojuegos no recomendables para su edad”. Las tasas de una posible adicción o uso problemático encontradas son alarmantes, especialmente en lo referente a redes sociales y videojuegos, que podría estar afectando a 1 de cada 3 y a 1 de cada 5 adolescentes, respectivamente. En contraposición, sorprende, según el estudio de Unicef, el escaso nivel de supervisión que parecen estar ejerciendo los padres, “no del todo conscientes de su papel como modelo en el uso de las pantallas, de la necesidad de acompañamiento y de establecer una buena higiene digital en el hogar”. de control parental para controlar el uso y limitaciones de sus smartphones. Un ‘must’ con serios peligros para los más jóvenes Es indudable que la tecnología forma parte de la vida de los adolescentes, que hacen un uso generalizado de internet, las redes sociales e innumerables aplicaciones, en muchos casos de manera intensiva, lo que puede implicar una interferencia seria en el día a día y en su desarrollo personal. El uso de la tecnología supone un aporte sustancial tanto a nivel social como emocional para una persona de corta edad. Entre otros muchos motivos, les ayuda a hacer amigos/as, a no sentirse solos y a encontrar, a través de ella, alegría, diversión, apoyo, comprensión y bienestar emocional. En otras palabras, supone un surtidor de afectos y experiencias sin el que hoy es muy complicado vivir. Ha quedado patente, no obstante, que el uso globalizado de la red implica una serie de riesgos que no debemos obviar y que quedan retratados en las preocupantes cifras de sexting, contacto con desconocidos y posibles casos de grooming. En este

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