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ada a destacar en el empaquetamiento: abrimos la caja,
de un tamaño bastante contenido, y topamos inmedia-
tamente con el terminal, cuya pantalla viene cubierta
por una lámina plástica que indica sus principales características.
Al retirar la bandeja de cartón sobre la que se acomoda, encontra-
mos el cargador, dividido en dos partes (cable USB a microUSB,
y conector de enchufe/transformador con entrada USB), breve
manual de instrucciones y garantía y, debajo de estos, la batería.
Diseño
Motorola mantiene unas formas de diseño básicas que no han
variado desde hace años; de hecho, y como propietario de un
ATRIX de 2011, poniéndolos uno al lado de otro, es como si
estuviera viendo el mío un poco más “crecidito”, o bien su
hermano mayor.
Formas redondeadas y un diseño muy simple: en el lateral de-
recho (mirado de frente) encontramos los botones de encendido
y volumen, en la parte inferior tenemos el conector microUSB
y la muesca que nos sirve para abrir la tapa trasera, y en la su-
perior el conector
jack
de 3,5 mm para auriculares (que no están
incluidos en el paquete de venta).
Su tapa trasera es también muy simple, mostrando el objetivo
de la cámara y el flash, y la marca del teléfono, mientras que
en su frontal podemos apreciar la cámara delantera en la parte
superior, junto al altavoz por el cual escuchamos las llamadas
y, en la parte inferior, el altavoz multimedia.
La apertura del terminal es extremadamente simple: sólo es
necesario meter la uña en la muesca de la parte inferior antes
mencionada (es muy fácil aunque tengamos muy poca uña) y
tirar hacia arriba para separar la tapa posterior y, de esta forma,
poder poner las tarjetas SIM y microSD, y la batería.
Por lo que respecta al tacto, y si bien el marco es metálico, la
tapa posterior está realizada en un plástico poco agradable.
En este aspecto, otras marcas intentan disimular la naturaleza
plástica de la parte posterior de sus terminales, haciéndolos más
agradables al tacto e, incluso, dotándolos de un aspecto que los
hace parecer de una gama superior. Parece que Motorola quiera
recordarnos que el nuestro es un terminal de entrada.
Al ser muy poco rugoso, el plástico posterior tampoco ayuda
mucho a evitar que el teléfono nos resbale si tenemos que cogerlo
con las manos sudorosas, mojadas o grasientas (si, ya sé que no
es la mejor manera, pero a veces es imposible evitarlo).
Un punto a su favor es su peso; es un dispositivo muy ligero
en la mano.
Pantalla
Más que correcta para la gama de entrada a la que pertenece
este terminal. Pese a que presenta una densidad relativamente
escasa en comparación con un gama alta, sus 294 ppp, la calidad
de visión es muy buena, y sorprende el brillo máximo que tiene
la pantalla.
Con incidencia directa de luz solar, la imagen es perfectamente
visible, algo posible en buena parte gracias a su alto brillo.
Cámaras
No es una cámara válida para tomar instantáneas enmovimien-
to; tarda en enfocar, y aunque si bien no es mucho el tiempo que
se toma para una foto normal, con gente posando o de objetos
inmóviles, es lo suficientemente lenta para que nos perdamos
aquel instante crucial si la acción es medianamente rápida.
En los escenarios a contraluz no ofrece un buen rendimiento,
quedando las zonas en las que no incide directamente la luz
solar muy oscuras, mientras que aquellas en las que sí incide
quedan bastante bien. Activar el modo HDR no ayuda mucho,
aunque he conseguido muy buenos resultados con este en exte-
riores sin un nivel de dificultad excesivo, con una iluminación
prácticamente idónea.
Este último es muy lento, y deberemos mantener el teléfono
inmóvil durante tres segundos por lo menos para tomar la
instantánea. Si, además, hay algún objeto en movimiento en el
encuadre, obtendremos una imagen con un “fantasma”, algo
normal cuando utilizamos el modo HDR, pero que en el Moto
e3 es muy acusado.
En captura de imágenes nocturnas, este terminal de Motorola
se defiende bastante bien; su flash es bueno, y la sensibilidad
del sensor es más que correcta. Lo único que le he notado es
que, precisamente, ilumina en exceso algunas instantáneas, y
cuando debemos tomar imágenes con fuentes de luz potentes
(como focos o farolas), los resultados son pasables. Además, en