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M
ás preocupante, no obstante,
es el análisis que se obtiene
del comportamiento de las
distintas ramas del sector servicios. Entre
estas, la división de comercio, repara-
ciones y hostelería (que supone en con-
junto un 34% del PIB balear) mostró un
fuerte crecimiento, aportando 2,2 puntos
porcentuales al PIB, pero dando lugar a
arrastres modestos sobre el resto de las
divisiones de servicios, según el informe
regional del BBVA Research.
La concentración de este crecimiento en
una única rama, la más vinculada con el
turismo, sirve para explicar el crecimiento
experimentado en 2011, pero también los
riesgos a los que se enfrenta la economía
balear tanto a corto como a medio plazo.
El turismo marca la diferencia
El sector turístico balear, con un mayor
peso de los mercados exteriores, explica
el comportamiento diferencial de esta
economía en 2011. En ese año la positiva
evolución del turismo estuvo dominada
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una clara atonía del mercado de residen-
tes en España.
El empeoramiento de la situación econó-
mica en el cuarto trimestre de 2011, que
ha llevado a la recesión a algunos de los
principales países europeos (Reino Uni-
do, Italia, Francia y España, aunque no
Alemania) está dando lugar a un cambio
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en el primer trimestre de 2012. Ello no se
traduce, por ahora, en cifras interanua-
les negativas de comportamiento para
el conjunto de España, dado que todo
parece indicar que el turismo urbano
(especialmente en las grandes metrópolis,
Barcelona y Madrid) habría resistido aún
con nota, pero sí para los destinos menos
vinculados con el turismo de negocios.
Así, tanto Baleares como Canarias (pero
especialmente las islas mediterráneas)
muestran una caída de la entrada de
extranjeros en el primer trimestre del
año, tras los resultados especialmente
positivos observados a lo largo de 2011.
Nótese, no obstante, que estas cifras se
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por lo que su efecto en el conjunto del
turismo puede ser menor, y que se han
visto parcialmente compensadas por la
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La estacionalidad parece ser uno de los
factores a corregir en el caso del turismo
balear, dado que el 67% de las entradas
se concentran en sólo 4 meses (de junio
a septiembre) mientras que sólo un 7%
de los visitantes acuden en el periodo
invernal (de noviembre a marzo). La
necesidad de complementar la oferta
con actividades distintas de la playa, por
tanto, parece patente.
Turismo de cruceros
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a hoteles, además, se ve afectada por
otro aspecto que, aunque no se traslada a
pernoctaciones de los mismos, sí favorece
el gasto de los no residentes en el territo-
rio. La transformación del Mediterráneo
en un destino de cruceros marítimos ha
supuesto un impulso relevante para la
entrada de turistas (aunque no para las
pernoctaciones) que ha transformado la
oferta de servicios en algunos puertos.
Palma recibió 1,43 millones de cruceristas
en 2011, un 6% más que en 2010, en una
tónica positiva que, desde 2006, sólo se
rompió en 2009. Los cruceristas, por tanto,
suponen una cifra relevante ya en el nú-
mero de turistas, si se considera que las
entradas de viajeros en hoteles en Baleares
alcanzaron los 8,4 millones de personas,
y las entradas de extranjeros en las islas,
10,1 millones de personas.
El gasto continúa creciendo
en 2012
Pese a que el comportamiento de las en-
tradas de turistas fue satisfactorio durante
2011, la variable relevante para conocer
el impacto en la economía balear es el
gasto total, que se deriva no solamente
del número de turistas en cada periodo,
sino también del gasto que estos realizan
durante su estancia. En este sentido, los
resultados son positivos por tres aspectos:
en primer lugar, aunque en abril los da-
tos fueron peores, el gasto medio de los
turistas extranjeros en Baleares durante
la campaña de invierno ha sido elevado
según las estadísticas publicadas por
Frontur, con crecimientos interanuales su-
periores al 15% en el primer trimestre de
2012. En segundo lugar este crecimiento
œŽȱ™›˜žŒŽȱŽ—ȱž—ȱŒ˜—Ž¡˜ȱŽȱ’ęŒž•ŠŽœȱ
para la economía europea (y de caída de
las entradas de extranjeros), lo que puede
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del turista hacia uno de más poder adqui-
sitivo; y en tercer lugar, este aumento del
gasto medio permite más que compensar
la caída de los visitantes, manteniendo las
tasas de crecimiento del gasto en niveles
similares a los anteriores.
Parece difícil pensar que esta tónica
observada en el primer trimestre (de in-
cremento del gasto medio) se mantenga
en el futuro, habida cuenta de las pers-
pectivas para la economía europea y de
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la economía española. Además, aumenta
la competencia de otros destinos medi-
terráneos.
Desequilibrios de la economía
balear
El primero es el comportamiento del
sector inmobiliario. Este sector, que se
convirtió en el motor principal de la
heterogeneidad regional en el periodo
de expansión, es también el que tiene
más efectos de arrastre durante la crisis.
Como consecuencia de las moratorias
urbanísticas amitad de la década anterior,
del elevado precio de la vivienda y de la
fuerte ocupación del territorio, Baleares
no experimentó el
boom
inmobiliario
con la misma crudeza que otras zonas
turísticas (en cantidad), aunque sí de un
modo similar a la media nacional. Así,
el esfuerzo para acceder a una vivienda
se elevó muy por encima de la media
nacional pero la sobre oferta se mantuvo
en un nivel similar a la media española
(ya de por sí elevada). La velocidad del
ajuste, por su parte, también muestra un
comportamiento similar.
En segundo lugar, la diferenciación regio-
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de endeudamiento del sector privado.
En este caso, la posición de Baleares es
de desventaja, por el mayor nivel de apa-
lancamiento, que limita las posibilidades
de los agentes de amortiguar caídas en la
renta (mediante eventuales aumentos del
crédito) y suponen mayores costes por la
carga de intereses.
La tasa de paro
se encuentra algo
por encima
de la media nacional