Francia puso en marcha en abril una medida anticrisis con la que subir el IVA de los libros en papel del 5,5 al 7% y bajar el de los e-books también al 7%. La medida no gustó ni a los libreros franceses ni a Bruselas, desde donde advirtieron que se ...
Francia puso en marcha en abril una medida anticrisis con la que subir el IVA de los libros en papel del 5,5 al 7% y bajar el de los e-books también al 7%. La medida no gustó ni a los libreros franceses ni a Bruselas, desde donde advirtieron que se estaban violando las reglas comunitarias. Y es que la legislación de la UE no considera que un libro electrónico y uno en papel sean el mismo tipo de producto. El primero es un servicio, por lo que su gravamen es superior. Por este motivo, muchas veces los e-books valen lo mismo, o casi, que los libros en formato de papel, cuando sus costes de producción son muy inferiores. Por ejemplo, en España, mientras que los libros tradicionales tienen un IVA superreducido del 4%, al e-book se le grava en 18. En cambio, Luxemburgo, partidario de la propuesta de Francia, aplica a los e-books un impuesto superreducido del 3%. Por su parte, los editores, libreros y distribuidores pidieron en el mismo momento de la medida del gobierno Sarkozy, un IVA del 0% para todos los tipos de libros, periódicos y revistas, tanto en su formato digital como en papel.