Parece que el mercado fotográfico español no se encuentra en su mejor momento al experimentar una caída de aproximadamente el 4% con respecto a 2018 y con una facturación de 221 millones de euros en 2019, a la espera de los datos de cierre de 2020, que, con toda probabilidad, ...
Parece que el mercado fotográfico español no se encuentra en su mejor momento al experimentar una caída de aproximadamente el 4% con respecto a 2018 y con una facturación de 221 millones de euros en 2019, a la espera de los datos de cierre de 2020, que, con toda probabilidad, no serán buenos. No consigue hacerle sombra a la telefonía digital, que cada año que pasa se iguala en prestaciones a su competidora. Todo lo contrario sucede en el campo de la impresión, con un modelo que sobresale por encima del resto, el de las impresoras inkjet. La preocupación por la conservación del medioambiente también se deja notar en estos equipos, muchos de ellos fabricados a base de materiales reciclados y contribuyendo a reducir los residuos, apostando por la recarga de consumibles u ofreciendo diferentes servicios para adecuar el consumo de tinta al uso que se le dé a la impresora.
Los fabricantes de smartphones han dado con la tecla idónea para que los consumidores elijan este tipo de dispositivos frente a las cámaras digitales. En un formato compacto, ligero y fácil de transportar, han sabido contener todo tipo de funcionalidades y prestaciones para que la experiencia sea lo más aproximada posible a la que pueden ofrecer los aparatos fotográficos en el día a día. Y esto se ha notado en las cifras de mercado, al sufrir un desplome de casi el 4% en comparación con el año anterior y con una diferencia de 9 puntos, pasando de los 230 a los 221 millones de euros en 2019. Aunque, si se hace una comparativa entre el descenso producido entre el periodo 2017-2018 y el de 2018-2019, se podría confirmar que hubo una ligera mejoría del 3% con respecto a 2018, pasando del 7 al 4%.
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