El LG G8s se presenta en una elegante caja negra, minimalista en las formas, como ya es una tendencia habitual en todos los fabricantes. Una vez abierta, lo primero que encontramos no es el terminal, sino un paño para la limpieza de la pantalla, un `regalo´ de la marca que es de agradecer, ya que su calidad nos libra de tener que utilizar una manga u otra parte de nuestra ropa, o bien de tener que agenciarnos uno.

Una vez retirado dicho paño nos encontramos, ahora sí, el terminal, dentro de un protector de plástico, y situado encima de una bandeja de cartón, bajo la cual se esconden una carcasa protectora transparente de silicona (otro regalo de agradecer, y que hasta ahora sólo había visto en OnePlus), el adaptador de corriente para cargarlo, el correspondiente cable de carga y de conexión para el ordenador (USB-A por un lado, y USB-C por el otro), el abridor para la bandeja de las tarjetas SIM, y la cajita de los auriculares con dos pares de siliconas de recambio.

Noto rápidamente que no hay documentación en papel, ni siquiera las habituales indicaciones de seguridad, para insertar la tarjeta SIM, o indicando las certificaciones con las que cuenta el terminal. Ni un solo papel.

Diseño

El nuevo G8 sigue en gran medida las tendencias de diseño marcadas con el G7 y que se cimentaron en el G6, después de hacer varias probaturas que no acabaron de cuajar en el mercado, sin aportar nada respecto a los cánones imperantes entre los principales fabricantes.

En el lateral inferior disponemos, a la izquierda, del minijack para los auriculares, el pequeño agujero del micrófono de voz, el conector USB-C, y a la derecha el altavoz multimedia. Si subimos ahora por el lateral derecho, encontramos ya hacia la parte de arriba, la bandeja de las tarjetas SIM y el botón de arranque. Si abrimos la bandeja de las SIM podremos ver claramente como tenemos espacio para dos tarjetas y que la segunda comparte espacio con la microSD, por lo que tendremos que optar por una u otra. Pasando ahora al lateral izquierdo, de arriba a abajo encontraremos en primer lugar los botones para subir y bajar el volumen y, un poco separado, un botón que llama directamente al asistente Google Home.

LG ha hecho una apuesta muy fuerte en lo que se refiere a la presencia de este asistente inteligente en su ecosistema, convirtiendo a sus terminales de gama alta en el epicentro de un hogar inteligente con conexiones a los electrodomésticos de líneas blanca y marrón.

En su parte superior solamente apreciaremos el micrófono para la captación del ruido ambiental que garantiza la funcionalidad de cancelación de ruido. En la parte frontal destaca un notch muy amplio, cuya amplitud tiene una poderosa razón de ser: alojar la cámara de selfies y la llamada Z Camera, consistente en el conjunto de un iluminador de infrarrojos y un sensor TOF. Dicha cámara Z permite leer la hemoglobina en la sangre, facilitando la funcionalidad de desbloqueo del terminal según el patrón de venas de la palma de la mano.

En su parte trasera podemos apreciar el triple objetivo de la cámara, con las tres lentes enmarcadas en negro, y el flash a su lado y fuera de este marco, así como el sensor de huella digital bajo los elementos de la cámara. Esta parte trasera presenta un bonito acabado en "espejo", con el serigrafiado de la marca en su parte inferior, y el del modelo un poco más arriba de la parte media.

Puesta en marcha

El proceso de configuración inicial ha sido muy personalizado por parte de LG. El primer paso consiste en indicar cómo queremos que se comporte la pantalla en su parte superior, los dos bordes que rodean al notch. Esto significa que podemos dejar que se vea, efectivamente, como un notch, o bien que ambas partes de la pantalla alrededor de este se vean en color negro, como si fuese una parte sólida correspondiente al borde, guardando así una estética `clásica´ como si el notch no existiera. Tras este paso, conectaremos el G8 a una red inalámbrica, sea ésta celular o Wi-Fi, el sistema buscará actualizaciones, y podremos pasar a migrar los datos procedentes de nuestro antiguo terminal.

En el apartado de configuración de seguridad podremos configurar los habituales PIN, patrón, o contraseña, además de modalidades de reconocimiento biométrico como el reconocimiento facial o de la huella dactilar, pero lo que no podremos configurar todavía es el reconocimiento de las venas de la mano.

Tras acabar esta fase y pasar, por vez primera, a la home del sistema, recomiendo desactivar el NFC, que viene activado por defecto, consumiendo batería de forma innecesaria (y suponiendo también un problema de seguridad si lo llevamos permanentemente encendido).

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