Estimula el aprendizaje de tus hijos a través de la cocina

Aunque estén llegando a su fin, las vacaciones de verano son el momento ideal para disfrutar de tiempo en familia y con los más pequeños de la casa. Sus largas vacaciones necesitan llenarse de actividades que les mantengan entretenidos pero que a la vez les aporte un aprendizaje. Una excelente forma de pasar tiempo con los niños es cocinando. Se trata de una actividad que ven en casa a diario y que sin duda es necesario implicarles para que vayan adquiriendo conocimientos.

03/09/2019

Cocinar no es solo una herramienta de aprendizaje para padres e hijos también es un tiempo de calidad dedicado a una actividad divertida y dinámica donde pueden participar todos los miembros de la familia. Mientras cocinamos podemos observar cómo los niños se concentran en esta actividad, planifican la receta, se ...

Cocinar no es solo una herramienta de aprendizaje para padres e hijos también es un tiempo de calidad dedicado a una actividad divertida y dinámica donde pueden participar todos los miembros de la familia. Mientras cocinamos podemos observar cómo los niños se concentran en esta actividad, planifican la receta, se encuentran con dificultades, pero finalmente obtendrán una buena recompensa: degustar de un buen plato en familia.

Uno de los principales beneficios de aficionar a los niños a la cocina es que desarrollan su creatividad e imaginación a la hora de inventar y elaborar platos. Durante el proceso de cocinado aprenden nuevos ingredientes, prestan atención al uso responsable del menaje de la cocina, etc.

Aunque hay tareas que pueden suponer un riesgo para ellos como el manejo de cuchillos o fuegos, ellos nos pueden ayudar a pequeñas tareas como amasar, pesar las cantidades en repostería, coger correctamente los objetos. Todos estos trabajos son beneficiosos para el desarrollo de la atención y la motricidad fina del niño.

A nivel afectivo, la cocina puede convertirse en una manera sencilla de afianzar lazos con los padres. Los niños con conscientes de estar desarrollando una tarea de adultos y sienten esa responsabilidad, con la confianza de estar trabajando junto a figuras tan importantes como sus padres o familiares.

Otro de los elementos esenciales en la cocina es la comunicación. De esta manera, los más pequeños desarrollarán su lenguaje y su capacidad para expresarse, para preguntar, mostrar disconformidad… generando un ambiente de confianza para ambas partes. Aunque también, al enfrentarse a nuevos retos pueden surgir frustraciones por no conseguir los resultados esperados.

Aprender y trabajar con el mejor equipo: la familia

El trabajo en equipo es otra de las actividades que sin duda se desarrollan mientras cocinamos en familia. Los niños toman conciencia de que hay que repartir las tareas y de la importancia de formar parte de una cadena de trabajo para lograr un mismo fin. Una dinámica de trabajo que está asociada a disciplina y planificación en la elaboración de las recetas, sin que eso haga menos divertida la tarea.

Más allá de la cocina, otro de los escenarios donde podemos pasar un buen rato con los pequeños de la casa, y a la vez que adquieran conocimientos, es durante la compra.

Hacer la compra se puede convertir en una actividad de lo más estimulante, con el aliciente de estar ayudando en las tareas domésticas y estar tomando pequeñas decisiones junto a la familia. Además, el conocer de cerca el mercado y todos los productos que nos ofrecen y sus beneficios es fundamental para tener una buena alimentación e ir adquiriendo conocimientos de nutrición.

Cocinando junto a los niños aprenderán el valor de la comida, se les estimulará el apetito y tendrán un amplio abanico culinario. Y puede ser la ocasión perfecta para que prueben esos platos a los que suelen ser más reticentes como verduras o pescados. Si ven cómo se cocinan y ellos participan en ese proceso, seguro que querrán probarlo.

Seguridad en la cocina

Es importante que a la hora de cocinar con niños tengamos utensilios que ellos puedan utilizar, una mesa a su altura para que puedan trabajar cómodamente, pero sin acceder a zonas peligrosas.

La mejor edad para que empiecen a cocinar son los 4-5 años. A esta edad su psicomotricidad les permite llevar a cabo tareas básicas y eficaces en la cocina. La repostería es una de las mejores opciones y donde pueden dar rienda suelta a su imaginación decorando un bizcocho o amasando para hacer unas galletas al horno. Y aunque no se cocine a diario, es importante que lo niños se sientan involucrados en las tareas cotidianas de la cocina como buscar condimentos, lavar la verdura o la fruta, o poner la mesa.

Desde Teka os animamos a que os pongáis manos a la obra y empecéis a experimentar la cocina en familia. Compartiréis momentos inolvidables.

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