En el marco de las actividades lideradas por su Comité de Bienes Tecnológicos de Consumo, AECOC considera necesaria la aprobación, por parte de la Comisión Europea, de un reglamento sobre etiquetado energético para los aparatos de aspiración con cable. Una medida que contribuirá notablemente a que tanto fabricantes como distribuidores puedan informar de manera efectiva y transparente al consumidor sobre la eficiencia energética de sus productos.

Actualmente, y tras la anulación del reglamento de 2014, estos electrodomésticos carecen de una regulación común que les permita informar con claridad del nivel de eficiencia energética de sus artículos; una información que cobra especial relevancia para el impulso de un modelo de crecimiento sostenible.

Anulación del reglamento de 2014
Desde septiembre de 2014, todos los aspiradores vendidos en la Unión Europea estaban sujetos a requisitos de etiquetado energético. Sin embargo, la compañía Dyson recurrió el reglamento, ya que no contemplaba la prueba de aspiradores con el recipiente de polvo cargado sino con la bolsa o recipiente vacío, algo muy poco frecuente en el uso habitual del electrodoméstico que, en opinión de la compañía, no permitía ofrecer información veraz al consumidor.

Tras ello, en noviembre de 2018, el Tribunal General confirmó el argumento de Dyson y anuló la regulación en la etiqueta de eficiencia energética de los aspiradores; una decisión que la Comisión Europea tenía la posibilidad de apelar ante el Tribunal de Justicia hasta el pasado 18 de enero.
Dado que la Comisión Europea no ha presentado ninguna apelación contra la decisión del Tribunal General en el período establecido, desde el pasado 19 de enero este tipo de aparatos carece de regulación sobre etiquetado energético.

Ante esta situación, AECOC recuerda que el mercado de la aspiración es el que más ha crecido en 2018 dentro del Pequeño Aparato Electrónico (PAE) y uno de los de mejor evolución en el conjunto de todos los bienes tecnológicos de consumo, por lo que lamenta que la ausencia de respuesta de la institución europea deje a fabricantes y distribuidores sin una herramienta estandarizada de información de gran valor para el consumidor.