El día 30 de marzo, a las 20:30, millones de personas en todo el mundo celebrarán la Hora del Planeta. El acto de apagar nuestras luces durante una hora tiene gran visibilidad y simbolismo, pero para conseguir un impacto real, deberíamos considerar también regular nuestros termostatos. En los hogares de la ...
El día 30 de marzo, a las 20:30, millones de personas en todo el mundo celebrarán la Hora del Planeta. El acto de apagar nuestras luces durante una hora tiene gran visibilidad y simbolismo, pero para conseguir un impacto real, deberíamos considerar también regular nuestros termostatos.
En los hogares de la Unión Europea, el 79% del uso de la energía se destina a la calefacción y al agua caliente, mientras que la iluminación y utilización de electrodomésticos tan solo representa un 14%[1].
Por suerte, todos podemos colaborar con pequeñas acciones que dan lugar a un cambio significativo. Según Energy Saving Trust, podemos ahorrar de media 88 euros al año por persona si bajamos un grado la temperatura de nuestras casas[2]. Sin embargo, no es necesario "congelarse" para cuidar el medioambiente. Un acercamiento más inteligente a la forma en la que gestionamos la temperatura en nuestros hogares puede ayudar a reducir significativamente la huella de carbón que generamos sin perder comodidad y confort.
Los termostatos inteligentes, además de permitir controlar la temperatura de nuestros hogares, también ofrecen numerosas opciones para ahorrar energía. Por ejemplo, utilizan nuestra localización a través de nuestros smartphones para apagar la calefacción cuando no estamos en casa o se adaptan a la previsión meteorológica para aprovechar al máximo las horas de sol y buen tiempo. También apagan la calefacción cuando detectan automáticamente que hay una ventana abierta, lo que previene el derroche de energía. Combinadas, todas esas características ayudan a ahorrar costes en nuestra factura de la luz y a cuidar el medioambiente.
[1] European Commission
[2] Energy Saving Trust