Con el packaging del V30, LG ha seguido la tendencia que ya hace tiempo se ha impuesto en la industria de la telefonía móvil, de un minimalismo elegante. Se presenta en una caja totalmente negra con el modelo del terminal en bajorrelieve en la parte superior y que, al abrirla, nos deja ver en primer lugar el terminal conservado en una protección plástica. Bajo este, encontramos un sobre de cartulina de color negro, dentro del cual tenemos una guía de inicio rápido que nos explica las diversas partes del terminal, así como la forma en la que se debe instalar la tarjeta SIM y la microSD, como cargarlo, y las instrucciones de seguridad. También tenemos la garantía, y una cartulina con el punzón para abrir la bandeja donde van la tarjeta SIM y microSD. Bajo este sobre, encontramos un paño de limpieza de la pantalla (buen detalle), el cargador, el cable USB-A a USB-C, y una caja en la que encontramos los auriculares de Bang&Olufsen (todo un lujo) que acompañan al terminal, así como las siliconas de recambio.

Diseño

LG ha puesto mucho empeño en un diseño elegante en su última generación de terminales. El V30 es un poco más ancho que el LG G7, tiene un aspecto menos alargado, y eso que la relación de aspecto de la pantalla es la misma, 18:9. Esta forma se explica porque los márgenes superior e inferior son muy pequeños.

En su parte inferior encontramos el micrófono de voz, el conector USB-C y el altavoz multimedia, mientras que en la superior tenemos el micrófono para la cancelación de ruido y el conector minijack para los auriculares. En el lateral derecho encontramos la bandeja para tarjetas SIM y microSD, y en la izquierda los botones de subir y bajar volumen. ¿Me dejo algo? Pues sí, claro ¡que despiste! ¿Cómo querría yo arrancar el terminal? Pues por su parte trasera, presionando sobre el botón que también hace la función de lector de huellas digitales. LG recupera así una práctica que ya llevó a cabo en algunos de sus terminales, y que parecía estar llamada a formar parte de toda su gama de terminales pero que, al final, no ha sido así. Sobre este botón trasero del V30 podemos ver los dos objetivos de la cámara doble, y a su lado el flash. En la parte superior delantera tenemos a la izquierda el objetivo de la cámara de selfies, y en el centro el altavoz de llamadas.

Volviendo al botón trasero, su uso para bloquear y desbloquear el terminal se hace raro en los primeros días de uso si uno viene acostumbrado a un botón lateral, buscando en primera instancia con el tacto en uno de los laterales. ¿Es más cómodo o menos? Diferente, diría yo; una vez acostumbrado, es una forma tan válida como otra de arrancar el terminal, bloquearlo o desbloquearlo.

Al igual que en otros modelos de terminal, con el V30 también podemos taponar fácilmente el altavoz inferior cuando estamos jugando, o según como lo agarremos al ver un vídeo a pantalla completa. Pero, en este caso, al disponer de un sólo altavoz, me he encontrado con la casuística de, inadvertidamente y de forma involuntaria, tapar completamente la salida de audio, no escuchando absolutamente nada.

Puesta en marcha

El procedimiento de primera configuración y puesta en marcha de LG es realmente rápido y simple si lo comparamos con los de otros flagships de otros fabricantes como Samsung o Huawei, ya que lo más "entretenido" que deberemos hacer es configurar la huella digital para desbloquear el terminal y el asistente de Google.

Se agradece no tener que crear cuentas propias de la compañía fabricante que, a la postre y excepto si estamos muy imbuidos en el ecosistema de dispositivos de la marca, acabamos utilizando muy poco o incluso dejándolas olvidadas.

Lo más curioso del caso es que durante el proceso, nos solicita el registro de una huella digital, pero no la configuración del PIN. Esta última sólo se solicita (o bien optar por otro medio alternativo de desbloqueo, como el patrón) si configuramos, precisamente, la huella. Si obviamos la huella, podemos seguir con el procedimiento de configuración sin que nos solicite otra medida de seguridad, que deberemos posteriormente configurar de forma manual desde Ajustes.

Esto lo considero un poco osado por parte de LG, puesto que seguro habrá usuarios que, por desconocimiento o dejadez, circulen unos cuantos días por el mundo sin proteger su teléfono. Esperemos que a ninguno de estos se lo roben ya que, si no, el ladrón dispondrá de acceso ilimitado a sus datos...

Pantalla

Excelente sin paliativos en todos los entornos e iluminaciones, sin duda debido a la naturaleza de la pantalla P-OLED (Plastic OLED); los colores que muestra son muy vivos, tal vez no tanto como una pantalla OLED con base de cristal, pero sin duda el resultado tampoco dista mucho de aquella, y la visualización a pleno sol o en entornos con la iluminación adecuada continúa siendo perfecta.

En el panel de control contamos con una serie de opciones de temperatura de color para la pantalla que nos permiten optimizarla para el consumo de contenidos en vídeo, de fotografías, para navegar por la web, o, incluso, si somos un poco manitas en este aspecto, personalizar el parámetro de temperatura y la relación de color colores básicos RGB.

También, gracias a un excelente control granular de la configuración de este terminal a través de los ajustes, podemos ajustar la resolución en tres posiciones, de mayor (2880x1440) a menor (1440x720), pasando por un término medio (2160x1080). Cabe decir que la diferencia, en muchos casos, difícilmente se apreciará, y una resolución más baja nos permitirá ahorrar algo de energía.

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