S amsung no ha modificado el empaquetado de su terminal estrella, que llega en una minimalista caja negra con el modelo escrito en azul eléctrico en medio de la tapa. Al abrirla encontramos en primer lugar el terminal y, tras retirar la bandeja que contiene la documentación (guía de inicio rápido, garantía, guía de bloqueo regional, instrucciones de transferencia de contenido desde nuestro actual teléfono, y propaganda de Samsung Pay) y el punzón para abrir las bandejas para las SIMs y para la microSD, llegamos a los complementos. Estos son el cargador, los conversores de USB-A a USB-C y de micro USB a USB-C, el cable USB-A a USB-C del cargador, y los auriculares, aparentemente el mismo modelo de AKG que ya incluían los modelos anteriores, Galaxy S8/S8+.

Diseño

Las líneas de diseño de la nueva generación del Galaxy S no varían respecto a la anterior; frontal minimalista curvado en los bordes, trasera en la que destaca el doble objetivo de la cámara con el flash al lado y el lector de huella dactilar debajo del doble objetivo. En el borde superior, el micrófono de cancelación de ruido y la bandeja con espacio para la tarjeta Nano-SIM y la microSD (o una segunda Nano-SIM en su lugar), mientras que en el inferior encontramos (de izquierda a derecha) el conector de auriculares, el puerto USB-C de conexión y carga, el micro y la salida de altavoz multimedia.

Los laterales también son simples y minimalistas, con el botón de encendido en su lateral derecho, y en el izquierdo encontramos el botón para bajar y subir el volumen, y el botón dedicado al asistente virtual Bixby.

Puesta en marcha

El procedimiento de puesta en marcha ha sido personalizado para Samsung, siguiendo los pasos del genérico de Android.

Vale la pena pararse un momento en las opciones de desbloqueo del terminal, en las que -y además de los tradicionales PIN, patrón y contraseña- encontramos el escáner de huellas digitales, de iris, reconocimiento facial y escaneo inteligente. Esta última opción combina tanto el escaneo de iris como el facial, para dar mayor seguridad y mejores resultados de reconocimiento en, por ejemplo, entornos pobremente iluminados.

Evidentemente, es lo primero que configuré, y he de decir que si bien en el caso del registro del rostro, la distancia a la que ponemos el terminal puede ser tomada más "a ojo de buen cubero", en el caso Las mejoras en aspectos puntuales hacen que el S9+ roce la perfección del registro del iris, este debe ser efectuado a la distancia correcta. La opción de reconocimiento inteligente no permite el desbloqueo del terminal de forma tan automática como el reconocimiento de rostro (pues solo hay que mirar a la parte frontal del teléfono, sin hacer nada más), pues exige que pulsemos el botón de desbloqueo del aparato. A partir de aquí, veremos una luz roja en la parte superior frontal, que es el LED de lectura del iris, al cual deberemos mirar. El resultado nos permite desbloquear el teléfono en situaciones de iluminación en las cuales el teléfono antes podía no realizar una lectura correcta.

Pantalla

La SuperAMOLED del Galaxy S9+ ofrece una perfecta legibilidad tanto en interiores como en exteriores y bajo la luz solar directa, cumpliendo con el formato de relación de aspecto 2:1 que se ha estandarizado en los terminales desde hace un par de años escasos. El software que nos permite optimizar el rendimiento de la pantalla según el contenido que estemos consumiendo, presenta las mismas opciones que en el caso del S8+: filtro de luz azul, modo de pantalla, y resolución. El filtro de luz azul permite mitigar la emisión de este tipo de luz, que ha sido culpada por algunas investigaciones de la fatiga ocular al utilizar aparatos electrónicos. Realizando la prueba, la calidad de la imagen presentada baja (se ve como si hubiéramos cubierto la pantalla con una suerte de plástico), pero realmente he podido constatar que fatiga menos la visión. La activación de esta opción la recomiendo para utilizar el terminal a modo de lector de contenidos, para ebooks o para artículos web. Naturalmente, la desactivaría si tuviera que ver películas o vídeos de YouTube, por ejemplo. El modo de pantalla nos permite, precisamente ahora que hablábamos de vídeos, optimizar el rendimiento de este elemento según el contenido que estemos viendo. Tenemos como opciones el Adaptive display, que busca adaptarse dinámicamente al tipo de contenido que estemos viendo, el Cine AMOLED, el Foto AMOLED (autoexplicativos) y el Básico, que elimina el dinamismo adaptativo para quedarse con una configuración fija y estática independientemente del contenido que estemos disfrutando. La configuración de resolución nos permite elegir entre tres modos posibles, de menor a mayor: 1480x720, 2220x1080, y 2960x1440. La elección de uno u otro influirá en el consumo energético posterior del teléfono. Yo he llegado a jugar tanto con el máximo, como con el mínimo, y si os tengo que decir la verdad, a los dos minutos de juego ya ni notaba la diferencia. La batería sí que lo notaba un poco...

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