La crisis económica ha castigado durante años a un segmento que fue uno de los más perjudicados de todo el hipersector. El aire acondicionado, que tradicionalmente estuvo estrechamente ligado al mercado de la obra nueva, tuvo que luchar, reorganizarse y reinventarse para salir a flote. Cuando parecía que los tiempos mejoraban, llegó la caída en picado de 2014, en el que la facturación disminuyó un 21%; lo que sirvió de revulsivo para agudizar el instinto comercial y el ingenio de los agentes del sector, y lograr un espectacular crecimiento del 45,63% en el ejercicio 2015. Según los datos ofrecidos por  la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización (Afec), los resultados obtenidos en el año 2016 permiten asegurar que la recuperación ha venido para quedarse, y que ha sido construida sobre bases sólidas. En una medida más razonable y sostenida, pero precisamente por eso más cargada de estabilidad, para un sector que lo necesita como agua de mayo. El mercado de aire acondicionado alcanzó los 305,25 millones de euros en el pasado ejercicio, lo que supone un notable incremento del 6,65% con respecto a 2015. Esta cifra representa el segundo crecimiento más destacado de todo el sector electrohogar, sólo por detrás del PAE, que creció un 7,9%; y nos da una imagen del panorama tan positivo con el que se enfrenta el aire acondicionado de cara al 2017.

Innovación tecnológica

Como hemos dicho, la estabilidad alcanzada favorece una situación en la que los fabricantes pueden dedicar un mayor esfuerzo a innovar, a ser más sostenibles, y a dibujar el futuro de un sector que sigue respondiendo a las necesidades de confort y calidad de vida de los usuarios. La tecnología inverter sigue arrasando en el mercado, al reducir el consumo energético hasta en un 30% y adaptarse a todo tipo de necesidades de un consumidor que cada vez está más preocupado por medioambiente. Algunos fabricantes han introducido también otras características como la tecnología de estado del sueño, por la que un sensor detecta cuándo los usuarios están durmiendo para controlar los ajustes de temperatura que permiten optimizar el confort y la eficiencia del aparato.

Por otro lado, los termostatos inteligentes permiten controlar la temperatura del hogar desde teléfonos móviles, tabletas o portátiles. El Smart Home, que implica la interconectividad de todos los aparatos y su control en red, también incluye al sector del aire acondicionado, y sube un peldaño más para proporcionar el máximo confort a los usuarios, además de lograr resultados en ahorro de energía y de dinero en la factura eléctrica.