El sector de telefonía móvil en España en busca de la recuperación

Las tarifas convergentes y una mayor oferta de contenidos son parte de la estrategia del concentrado sector de telecomunicaciones español que a pesar de su atractivo no parecen haber podido frenar una caída de ventas generalizada.

06/06/2017

Acusando todavía los problemas derivados de la crisis que arrastramos desde 2008, el sector de las telecomunicaciones en España está viviendo momentos complicados. Varias concentraciones de empresas y un cambio de hábitos de consumo por parte del usuario final han venido a empeorar la situación, derivando en un importante reto ...

Acusando todavía los problemas derivados de la crisis que arrastramos desde 2008, el sector de las telecomunicaciones en España está viviendo momentos complicados. Varias concentraciones de empresas y un cambio de hábitos de consumo por parte del usuario final han venido a empeorar la situación, derivando en un importante reto para un sector muy cambiante, acostumbrado a realizar grandes inversiones a corto plazo aunque no reciba sus frutos hasta varios ejercicios posteriores. Para conseguir fidelizar a los clientes, cada vez menos dados a este compromiso, y asegurarse unos ingresos menguantes se ha optado por dos estrategias. Por un lado, se ha producido una concentración a través de la compra de empresas de la competencia. Por otro lado, se ha promovido el desarrollo comercial de "paquetes fusión" que le proporcionen con regularidad unos ingresos fijos mensuales independientemente del tipo de cliente.

Concentración empresarial
Tras un periodo de surgimiento de pequeñas operadoras de telefonía móvil, en los últimos años se ha dado un proceso de concentración. Las tres grandes operadoras españolas del sector (Movistar, Orange y Vodafone) han protagonizado la adquisición de sus más directas rivales, principalmente en cable o en gestión de contenidos. En 2014 Vodafone compró Ono mientras que Orange hacía lo propio con Jazztel. Al siguiente año fue Movistar quien se hizo con Canal+. Estos movimientos tenían
el objetivo de conseguir una integración vertical para poder ofrecer una cartera de servicios integrada y ampliable según las necesidades de cada tipo de usuario. De esta manera, a través
de las adquisiciones, unas operadoras ampliaban notablemente su red de cable y el número de usuarios mientras que otras disponían de una oferta de contenidos con la que apostar por las nuevas tendencias del sector. La duplicidad de funciones generada por dichas adquisiciones produjo inevitablemente en una fuerte contracción del empleo en el sector, con despidos de unos 5.000 trabajadores hasta finales del 2016.

Un caso peculiar ha sido el de MasMovil, que empezó siendo una operadora móvil virtual (OMV) para acabar convirtiéndose en el cuarto operador nacional, tras la adquisición en serie de sus competidoras Yoigo, PepePhone y LlamaYa. Con este movimiento se hacía con la red de Internet de PepePhone, la red 4G de Yoigo y el interesante mercado de telefonía étnica de LlamaYa. Realmente un gran logro para una compañía prácticamente desconocida para el gran público.

 

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