El sector del electrodoméstico ha sufrido caídas año tras año desde 2008. Por fin pudimos ver algo de luz al final del túnel con los resultados de 2013. Ese ejercicio fue el primero en el que pudimos divisar que realmente la tendencia podía estar cambiando. Con el cierre de 2014 los deseos se convirtieron en realidades. De los 1.123 millones de euros facturados en 2013, se pasó a 1.210 millones en 2014. En un año no sólo se frenó la caída, sino que se creció un 7,7%. En 2014 por fin se consiguió dar la vuelta a la situación.  Desde entonces las cifras no han dejado de subir. Esa misma tendencia fue la que experimentaron los electrodomésticos de lavado –lavavajillas y lavadoras-. Sus cifras de ventas no han parado de crecer desde 2013. Y, si analizamos lo que ha sucedido en 2016, todo parece que seguirá la misma tendencia de crecimiento. Según las cifras del Comité de Estadística y Análisis de Mercado de Anfel, el año que acabamos de dejar atrás ha cosechado, mes tras mes, crecimientos en las ventas de las dos categorías de electrodomésticos. Sólo las ventas de lavadoras descendieron en el mes de enero, y lo hicieron de manera mínima (-0,09%).En las dos categorías, en todos los meses restantes, las ventas aumentaron.

Más eco que nunca
A la hora de elegir un electrodoméstico hay varias cosas que los consumidores tienen en cuenta. El consumo energético es un aspecto fundamental –tanto para consumidores como para fabricantes-. Por norma general, los electrodomésticos de Gama Blanca, son los que más se utilizan. Pese a que las lavadoras y los lavavajillas no están todo el día en funcionamiento –como puede ser el caso de los frigoríficos- su consumo energético puede hacer elevar mucho el gasto en electricidad. Por ello es necesario adquirir electrodomésticos eficientes. En los últimos años los fabricantes han dedicado grandes de sus esfuerzos en hacer productos lo más ecológicos posible que ayuden a respetar el medio ambiente y el bolsillo del consumidor. De hecho, según la OCU el primer punto que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un electrodoméstico es su eficiencia energética. Desde la OCU aconsejan escoger aquellos que tengan una etiqueta A+++. Lo recomiendan por su reducido consumo eléctrico. Para ahorrar también en agua aconsejan utilizar el lavavajillas y la lavadora provechando al máximo la capacidad de carga. En el caso de las lavadoras es importante no exceder del máximo de kilos –en mojado- de la capacidad del electrodoméstico.

Destacan también que aunque la clase A+++ suele ser la categoría más cara, a la larga se ahorra. También es importante elegir el programa adecuado. Por ejemplo, a la hora de comprar un lavavajillas, para ahorrar más es importante elegir el programa adecuado según el nivel de suciedad que tenga la vajilla. Usar un programa largo para una vajilla poco sucia significa un despilfarro de energía y agua. No obstante, según el fabricante, hay modelos que ya ajustan automáticamente los consumos en el programa normal. La OCU también explica que cuidar la máquina de forma adecuada mejorará su eficacia.

Como decíamos antes, el ahorro, ya sea por ecología o por economía, es esencial para los electrodomésticos del hoy y del mañana. La lavadora o el lavavajillas son grandes ejemplos de ello, ya que al consumo de energía hay que sumar el de agua. Dos elementos cuyo coste se ha encarecido en los últimos tiempos hasta convertirse en un problema para los hogares. El problema económico, ya sea por culpa del agua y la luz, u otros elementos como el detergente o el mantenimiento, ha obtenido una respuesta por parte de los que los fabricantes de lavadoras: dispositivos como los sensores capaces de detectar la carga exacta de ropa, el tipo de tejido a lavar e incluso la dureza del agua;  dosificadores, mediante los cuales la maquina selecciona la cantidad adecuada de jabón y suavizante para cada lavado o el sistema de autodiagnóstico, que ahorra en gastos de reparación. 

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