El comercio electrónico dejó hace tiempo de ser un recién llegado, pero según qué productos o servicios está más o menos interiorizado en el consumidor español. De hecho, según el informe “Comercio Conectado” de Nielsen, un 58% ya gestiona sus viajes online, mientras que un 52% compra en Internet entradas para espectáculos, mientras que cuatro de cada diez ya hace clic justo antes de comprar libros y música, ropa y tecnología. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre con el ocio, el entretenimiento y la ropa, la alimentación es online para sólo un 14% de consumidores, mientras que apenas uno de cada diez compra así productos frescos. Sobre todo, porque hay determinadas categorías de la cesta de la compra aún muy incipientes en esto del comercio electrónico, al igual que sucede con los productos de limpieza (10%), vino y bebidas alcohólicas (8%) y artículos para bebé (7%), todavía más asociados a la visita física al establecimiento. De hecho, es mucho mayor el porcentaje de personas que hacen la compra offline que online, en concreto más del 50% pisa más la tienda para comprar productos frescos, alimentación envasada, productos para bebé o artículos de cuidado del hogar. Por el contrario, apenas entre un 10-20% suele preferir el tacto de un ratón o una pantalla al de un carro de la compra para adquirir estos productos.

Por otro lado, si bien hacer la compra en Internet todavía está pendiente de dar su salto definitivo, los pedidos online de comida preparada poco a poco van irrumpiendo con fuerza en los hogares. Así, uno de cada cuatro consumidores ya ha probado las mieles del canal horeca digital. Y lo mismo sucede con los productos de belleza y cuidado personal, que ya un 27% sabe lo que es comprarlos mirando una pantalla.
Según Gustavo Núñez, director general de Nielsen España y Portugal, la puerta de entrada tradicional al comercio electrónico "es la compra de servicios, como puede ser un viaje, o los llamados bienes duraderos, como la electrónica, videojuegos, libros, etc. En cambio a los productos consumibles les cuesta más afianzarse en el consumidor, aunque algunos empiezan ya a destacar, como los pedidos de comida o los productos de belleza, categorías que están encontrando su hueco virtual dentro de los hábitos del consumidor”.