El Mobile World Congress (MWC) se cerró ayer jueves con unas cifras récord de visitantes y de expositores. Según los datos provisionales de la organización, más de 93.000 visitantes de 200 países han visitado el Congreso de Barcelona, el 9% más que el año pasado, que acogía a más de 2.000 expositores en una superficie de unos 100.000 metros cuadrados netos. El evento ha creado unos 13.000 puestos de trabajo durante estos días.

El MWC es mucho más de una feria de móviles, porque reúne a prácticamente todo el sector de telecomunicaciones y gran parte de la industria de tecnologías de información. Los dispositivos son lo que más atraen la atención de los visitantes, pero el grueso de la feria está concentrado en las redes de telecomunicaciones, en la infraestructura informática que las soporta y en las aplicaciones y software que hace que todo el entramado funcione. Esto ha hecho que los máximos responsables mundiales de todo este entramado empresarial hayan venido a Barcelona.

El smartphone ha vuelto a ser el gran protagonista del MWC, porque es el núcleo alrededor del cual gira todo el ecosistema de las comunicaciones. Este año han aparecido multitud de relojes inteligentes, pulseras de actividad y gafas de realidad virtual, junto a innumerables tabletas, ordenadores convertibles y ordenadores portátiles que pugnan por ser el segundo dispositivo de elección del usuario, porque el primero y la mayoría de veces único es el smartphone.

Si el año pasado aparecieron con fuerza fabricantes de smartphones que cuestionaron el liderazgo de los fabricantes establecidos, este año han surgido multitud de fabricantes de smartphones que amenazan el predominio de los primeros y los segundos, porque han presentado unos dispositivos que no tienen nada que envidiar en cuanto a prestaciones, diseño y calidad a los de máxima categoría y en cambio tienen un precio bastante inferior.

Samsung ha puesto toda la carne en el asador con la presentación en primicia del S6 y S6 Edge para seguir liderando la industria, pero también LG, Sony, Asus, HTC, Nokia, Lenovo, Huawei y ZTE, entre los más establecidos, han concentrado su oferta para este año en unos pocos modelos. Lo más destacado, como se ha indicado, ha sido el surgimiento de una pléyade de fabricantes de smartphones a precio muy competitivo y excelente acabado y prestaciones, como Hisense, Viko, Acer, Haier, Vestel y muchos más. La mayoría de ellos son muy conocidos como fabricantes de ordenadores, televisores o gama blanca, pero no tanto en el sector de teléfonos móviles.

El año, por tanto, se presenta más competitivo que nunca, porque aumenta la oferta y en cambio la demanda de smartphones se estanca, simplemente porque el grueso de población con un mínimo de poder adquisitivo ya tiene un aparato y hay que contar solo con la reposición. Para mayor complicación, los smartphones presentados son más económicos y potentes que los de hace un año, con lo que los márgenes necesariamente se encogen.

La industria confía en los "wearables" como medio para salir de este atolladero, pero diversos expertos que han asistido al MWC se han mostrado escépticos sobre su capacidad de generar un negocio adicional relevante. Más bien parece que el smartphone seguirá canibalizando otros aparatos y sectores de actividad, conforme las plataformas de pago y negocio electrónico sean más seguras, fiables y establecidas en más comercios.