La estrecha relación del sector de electrodomésticos de línea blanca con la construcción de viviendas y la obra nueva ha resultado ser un auténtico castigo para fabricantes y distribuidores, que desde el año 2007 han visto cómo sus cifras entraban en una espiral hacia abajo que parecía no tener fin. Desde los inicios del 2014 se empezó a observar un ligero cambio de tendencia, y las cifras del primer cuatrimestre comenzaron a animar las esperanzas de un sector que, sin embargo, prefería ser prudente y no lanzar las campanas al vuelo. La experiencia y el largo periodo de crisis habían enseñado que no resulta recomendable ilusionarse demasiado pronto, sin embargo las cifras ya empezaban a hablar de una tendencia que al final se ha consolidado. Un incremento acumulado del 5,4% en facturación y del 11,6% en unidades en el primer cuatrimestre del 2014 con respecto al 2013. 

Por fin puede confirmarse un cambio de tendencia, tras seis años continuados de caídas de las ventas de electrodomésticos en los que se ha producido una reducción drástica del consumo. La Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos valora que, a pesar de las cifras, el nivel del mercado está muy por debajo de los niveles teóricos de reposición, en un mercado consolidado de productos considerados como de primera necesidad. 

Por lo que se refiere a las familias de producto, las cocinas han sufrido el mayor incremento de las ventas en unidades, con un 63,7% de crecimiento acumulado anual, seguidas de los frigoríficos Side by Side (40,6%), los frigoríficos de dos puertas (30,7%) y los de una puerta (30,2%). Le siguen los congeladores verticales, con un 21,6%; y a continuación las placas de inducción (14,4%), las lavadoras de carga frontal (14%) y los lavavajillas (13,5%). En el otro extremo, los productos que menos han visto incrementarse sus ventas han sido las lavadoras de carga superior, que apenas han crecido un 0,8%, seguidas de las campanas extractoras (2,9%), las vitrocerámicas (3,7%) y las secadoras (6,3%), pero en cualquier caso debe valorarse como un aspecto enormemente positivo el hecho de que todas las categorías de producto sin excepción han crecido. No ha habido en el año 2014 ninguna que haya visto caer sus ventas en unidades. 

Los resultados del 2014 permiten realizar las previsiones y pronósticos para el presente ejercicio 2015 con una dosis de optimismo razonable. Desde ANFEL valoran el 2015 como un año con expectativas de consolidación de dicho cambio de tendencia. La mayor confianza del consumidor, basada principalmente en la mejora inmediata de su renta disponible (IRPF, combustibles), la apertura paulatina del crédito a las familias, y la tendencia de crecimiento en cuanto a la generación de empleo que parece observarse en el presente año, podrán afianzar la renovación de un parque instalado de electrodomésticos que ha sufrido un continuo envejecimiento a lo largo de esta larga crisis. 

Si la mejoría económica, aunque ligera, se sigue consolidando, igual que el descenso de las cifras de desempleados, es probable que se genere un clima general más relajado, en el que el consumidor vuelva a estar más dispuesto a comprar y a realizar inversiones en el hogar. De cualquier modo, una de las tendencias que se ha observado a lo largo de este periodo, es la predisposición del consumidor a pasar más tiempo en el hogar, incluyendo su tiempo de ocio, en lugar de hacerlo en el exterior.