Lo cierto es que no. Resulta incuestionable que por más atractivos que resulten, los productos englobados en la Línea Marrón son, salvo los televisores, son equipos que a todas luces pueden ser clasificados como “prescindibles” para la mayoría de bolsillos afectados por una situación económica poco propicia al consumo,  que en estos tiempos son muchos. Pero más allá de este factor, también son otros los que han incidido de forma clara e incluso contundente en la caída de la facturación durante los últimos años.

Así, podemos identificar como otras causas de peso la falta de novedades tecnológicas relevantes (cambio tecnológico), un exceso de oferta (precios a la baja), la estrategia de precios (oferta permanente) y, muy especialmente, el canibalismo de otros subsectores y los cambios de hábitos de consumo y preferencias del segmento joven de la población.

Nuevas plataformas que permiten escuchar música o visualizar vídeo, empezando por los ordenadores personales y acabando por los smartphones, han dado al traste con las aspiraciones de mercado de productos “más tradicionales”. Además, los aparatos sustitutivos cuentan con un aliado incuestionable: el atractivo que supone ser multifunción, pues hibridan diferentes funcionalidades en un solo aparato, generalmente portátil.  Este canibalismo supone una sentencia de muerte para muchos aparatos, como los dispositivos de audio portátiles, los GPS para automóvil, los reproductores DVD e incluso –en cierta medida - para los propios televisores. Simplemente, acabarán siendo innecesarios.

Ante un mercado en retroceso y un cliente en proceso de cambio, el paradigma al que se enfrentan marcas y fabricantes es cómo dar respuesta al nuevo paradigma del consumo de Línea Marrón. Hay quien apuesta por desmarcarse de ella e introducirse en los subsegmentos que, precisamente, están apuntillándolo. Otros, plantean su estrategia basándose en nuevas tecnologías que ya están presentes pero que no cuentan con los contenidos pertinentes (televisión 3D, por ejemplo). Los menos, parecen optar por reconvertir la Línea Marrón en una línea subsidiaria de otros subsegmentos y proponer una oferta de productos accesorios a los de otras categorías.  Finalmente, los nichos especializados. Como ha ocurrido en otros mercados convertidos en minoritarios, una parte de la Línea Marrón se reconvertirá a una oferta de nicho. Es el caso del audio de alta gama, que desde hace tiempo s ha instalado en esta senda de futuro. Productos de muy alta calidad, a precios elevados, para consumidores muy exigentes.

Poco hay que contar en cuanto a las cifras. Las gráficas y tablas hablan por sí solas de lo que la Línea Marrón dio de sí en 2013. Se ha moderado la caída que venía produciéndose (27% en 2011 y 19% en 2012), pero la cifra de negocio, de 1.446 millones de euros, se sitúa por debajo de la mitad de la obtenida en 2005 (3.111 millones de euros).