Cocinamos más en casa

Aunque bares y restaurantes se han puesto las pilas para ofrecer menús diarios a precios muy competitivos, los españoles cocinamos más en casa ahora que antes de la crisis. Es más, cocinamos también para llevarnos la comida al trabajo en un “tupper”.

24/09/2014

Quien dice “tupper” dice otra cualquiera de las muchas opciones para trasportar alimentos que nos ofrece actualmente el mercado: los hay para todos los gustos y necesidades, para alimentos frescos, en frío, o comida caliente. Lo mismo para las bebidas. Las oficinas y comedores de fábricas se han llenado de ...

Quien dice “tupper” dice otra cualquiera de las muchas opciones para trasportar alimentos que nos ofrece actualmente el mercado: los hay para todos los gustos y necesidades, para alimentos frescos, en frío, o comida caliente. Lo mismo para las bebidas. Las oficinas y comedores de fábricas se han llenado de usuarios que traen la comida hecha de casa, lo que ha dado lugar a un gran mercado de la conservación y transporte de alimentos desde casa hasta el punto de consumo.

Pero, evidentemente, antes de transportarlos hay que cocinarlos, y hoy por hoy el menaje tradicional para cocinar alimentos en el hogar sigue siendo el principal contribuidor a la facturación del subsector.

En 2013 la facturación ascendió a 118 millones de euros, un 1,7% menos que en 2012. Pese a ello, teniendo en cuenta la crisis económica que ahoga a muchas familias españolas, el resultado no puede ser calificado de malo.

Ante un perfil tan variopinto de personas, los fabricantes se han esforzado en actualizar viejos conceptos de almacenamiento, conservación y transporte de alimentos, para presentar una oferta de productos acordes a ellas y a los tiempos. No se trata simplemente de trabajar en el diseño y la estética, se trata de aplicar nuevos materiales que garanticen al usuario que la exposición al calor, por ejemplo, no dañe la salubridad del alimento.

Los envases actuales están homologados para que no afecten a los alimentos. Los plásticos de uso alimentario, por ejemplo, no desprenden aditivos a la comida, y están identificados con el dibujo de una copa y un tenedor.

Otros riesgos son los microbiológicos, que pueden aparecer si no hay una adecuada conservación de los alimentos, con la refrigeración necesaria, o durante el proceso de calentamiento previo a la ingesta. En este sentido, es vital que los envases de transporte no rompan la cadena de refrigeración, por eso se recomienda que una vez en el lugar de trabajo se depositen los alimentos en frigoríficos donde guardarlos hasta la hora de comer, momento que procederemos a calentarlos.

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