La línea se desvanece

Las tecnologías han cambiado, los gustos y preferencias de los consumidores también, las necesidades de estos ya no son las que eran ni tampoco sus presupuestos. Todo ello, repercute en una Línea Marrón cuyas fronteras subsectoriales se desvanecen.

02/09/2014

Porque más allá de cómo andan las cosas de la economía, el caso de la Línea Marrón es singular, entre otras cosas porque salvo excepciones muy concretas centradas en el apartado de vídeo, lo que es la oferta de equipos audio de hoy no tiene nada que ver con la ...

Porque más allá de cómo andan las cosas de la economía, el caso de la Línea Marrón es singular, entre otras cosas porque salvo excepciones muy concretas centradas en el apartado de vídeo, lo que es la oferta de equipos audio de hoy no tiene nada que ver con la de hace una década. ¡Y menos aún con la de hace dos! La miniaturización tecnológica, la hibridación de dispositivos, los soportes en formato digital o la multiplicada oferta musical han dado lugar a una nueva forma de “escuchar” música.

No es menos cierto que las economías de escala de los nuevos sistemas reproductores han universalizado su compra y disfrute, pero a costa de multiplicar por ¿mil? El volumen de ventas necesario para obtener los mismos beneficios industriales y comerciales.

Pero tal vez el aspecto que más daño ha hecho a la Línea Marrón ha sido la hibridación tecnológica, cuando el teléfono móvil se convirtió en “el” reproductor personal por excelencia. Como ha ocurrido en el subsector de la fotografía, al que los teléfonos móviles ha causado tanto o más perjuicio, los reproductores de música han sufrido un canibalismo exacerbado que a la postre está acabando con ellos.

El mercado vive de márgenes comerciales derivados de altos volúmenes de ventas. Y así seguirá en las próximas décadas. Fabricación de grandes volúmenes, tecnologías más baratas, precios más bajos, márgenes más reducidos. Vender más para ganar lo mismo.

La situación económica actual está afectando como nunca las ventas. Los consumidores compran menos de todo, y aún menos lo que hoy representa para muchos la Línea Marrón: unos productos de lujo o prescindibles delante de otras necesidades. Pero esto cambiará, ya que tarde o temprano la economía se recuperará. La cuestión entonces será ver qué capacidad tiene la propia tecnología para despertar de nuevo el interés de los consumidores.

La línea se desvanece

Las tecnologías han cambiado, los gustos y preferencias de los consumidores también, las necesidades de estos ya no son las que eran ni tampoco sus presupuestos. Todo ello, repercute en una Línea Marrón cuyas fronteras subsectoriales se desvanecen.

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