"Debemos diseñar productos relevantes"

En el marco de la Barcelona Design Week, Andreas Enslin, jefe del Centro de Diseño de Miele, compartió con Electromarket el papel del diseñador del presente, siempre con la vista puesta en el futuro. Conocedor de cómo serán los electrodomésticos en 10 o 15 años, remarca la importancia de trabajar la relación que el consumidor establecerá con ellos y de conseguir que sean realmente útiles.

08/07/2016

Lleva ya diez años trabajando al frente del Centro de Diseño de Miele en Gütersloh, donde 40 empleados trabajan con ingenieros de producto y expertos en marketing para avanzarse al presente y descubrir las tendencias del futuro antes que nadie. En el marco de la Barcelona Design Week, celebrada entre ...

Lleva ya diez años trabajando al frente del Centro de Diseño de Miele en Gütersloh, donde 40 empleados trabajan con ingenieros de producto y expertos en marketing para avanzarse al presente y descubrir las tendencias del futuro antes que nadie. En el marco de la Barcelona Design Week, celebrada entre el 2 y 12 de junio, Andreas Enslin visitó la ciudad para participar en el evento ‘Design is Future: innovation through design congresstival', sobre la innovación en el diseño. Algo sobre lo que, sin duda, tenía mucho que aportar, pues de él han sido obra muchos de los cambios introducidos en los productos de la marca alemana en la última década. Salta a la vista que el diseño ha pasado por una evolución acelerada, provocada, en mayor medida, por los cambios tecnológicos de los que, obviamente, va de la mano. Los profesionales del sector han tenido que acogerlos, a la vez que han contribuido a definir los nuevos escenarios. “Cuando trabajas internamente para una compañía como Miele, tu rol depende de la marca. Pero trabajando en una industria empujada por los cambios, tienes que pensar sobre lo que viene en muy poco tiempo y saber distinguir las tendencias y lo que pasará en los próximos meses”, explica Enslin. El diseñador vive adaptándose y avanzándose a los cambios, los cambios del futuro.

Sólo con perspectiva se acierta

Hablamos de un negocio, el de los electrodomésticos, calificable como “lento”. La media de vida útil de los aparatos de una cocina, por ejemplo, está alrededor de los 12 años y medio. Los productos de Miele llegan al mercado con una expectativa de vida útil de 20 años. Todo ello, obliga a los diseñadores a trabajar con perspectiva, mucha perspectiva. Para remarcar esta particularidad, el diseñador alemán compara su sector con el de los componentes electrónicos, como las pantallas, con una “esperanza de vida” de dos años de media. Nada que ver. Los fabricantes de smartphones ya cuentan con que el producto que lanzan hoy estará prácticamente obsoleto en poco más de dos años: habrá pantallas con mejor resolución, procesadores más potentes, materiales más resistentes y ergonómicos… Pero los electrodomésticos también necesitan de componentes electrónicos, ¿cómo lanzar una lavadora con una esperanza de vida de más de 15 años y asegurar que si se estropea su pantalla LED, pese a las evoluciones, aún esté disponible aunque hayan pasado cinco años desde su compra? Como apuntábamos, actuar con perspectiva es clave: “Trabajamos de otra manera – asegura Enslin -. Nos dirigimos a los proveedores y les pedimos piezas especiales para nuestros productos, para asegurarnos que estarán disponibles durante 10 años o más. El otro punto es que tenemos que buscar una tecnología que sea capaz de cumplir la esperanza de vida de 20 años, cosa que no resulta nada sencilla, pues muchas tecnologías tampoco están construidas para durar tanto”.

Comprobamos pues, cómo aquello de que los diseñadores “viven en el futuro” va más allá de que sepan acertar cuestiones como los colores o las formas que serán tendencia, sino que aseguren que el producto pueda funcionar durante mucho tiempo. “Este punto es realmente difícil. La principal cuestión es cómo cumplimos con las necesidades técnicas en términos de vida útil. Además, la sociedad también está cambiando sus hábitos rápidamente. Los diseñadores debemos lidiar con ambas cosas”, añade.   

Más allá del producto: diseñar la relación con él

La tarea es doble: trabajar adaptando una tecnología cambiante a un ritmo veloz para responder a las necesidades de unos clientes que, como sociedad, también mutan. La clave para conseguirlo, según Andreas Eslin, es entender que los diseñadores no se limitan al diseño de productos literal. “Este concepto se acabó, es cosa de los 80”, explica. “Saber cómo cambiarán nuestros hábitos y necesidades en el próximo año es fácil, pero saberlo de los próximos cinco o diez años es realmente complejo. Los diseñadores debemos diseñar la relación entre el producto y el cliente. Cuando no entiendes la relación, es imposible que cubras la necesidad”.

Así pues, cuando trabajan dentro de una misma marca, como es el caso de los diseñadores de Miele, éstos son los encargados de extender el puente entre las tendencias que se venden en el momento y las que vendrán. Para hacerlo, se realizan estudios avanzados sobre qué puede pasar en el futuro, qué es lo que realmente necesitarán los clientes, cómo serán los perfiles de consumidor en los próximos 20 o 30 años, qué pasará si las necesidades cambian… Llegar a cubrirlas es la cuestión. En este contexto, debemos entender que el producto diseñado no tiene por qué ser un objeto, puede tratarse de un sistema, un concepto, algo más que el clásico diseño físico de un producto. “Cuando diseñamos productos, muchos de ellos ya existen en el mercado. Entonces, ¿qué diferencia habrá entre un horno y otro horno? Los dos calientan, pero seguro que su uso cambiará notablemente. ¿Cómo se interactuará con el producto?¿Qué se hará con él? Resolver estas preguntas es un punto esencial en el trabajo de los diseñadores”, apunta el jefe del Centro de Diseño de Miele, y subraya cómo el objetivo final de los profesionales es saber “solucionar problemas de la sociedad del futuro para ser y hacer cosas relevantes”.  Por eso, durante los últimos 10 años, el departamento de diseño ha invertido esfuerzos en la creación de herramientas para saber qué pasa en el mercado del presente e imaginar completos escenarios de futuro y hacérselo saber al departamento de producto cuando pregunta.

Miele

Necesidades cubiertas con calidad y conocimiento

El de las cocinas fue uno de los segmentos que primero mencionó, pero volvimos a él. Algo lógico, teniendo en cuenta que es uno de los que concentra más electrodomésticos en un mismo espacio. Los cambios que ha sufrido en los últimos años salta a la vista para el consumidor, pero los diseñadores lo perciben con más profundidad. “El gran cambio en las cocinas no está especialmente en el producto ni en las tendencias de cocina, está principalmente en los cambios de la sociedad. Lo vemos en las casas, los apartamentos… Vivimos en países europeos muy desarrollados en los que ya no importa tanto el hecho tener, sino estar informado sobre lo bueno que es adquirir un producto determinado. ¿Qué es lo que realmente necesito?¿Es lo mejor? Las nuevas generaciones ya no sienten tanta necesidad de poseer cosas. La tendencia “verde” se ha extendido en muchos países, la gente incluso cultiva sus propios productos. Muchos desconfían de la industria alimentaria y mantenerse sano es una preocupación que está generalizándose”, detalla Enslin. 

Miele traduce todas estos comportamientos en sus productos a una cuestión de responsabilidad con la calidad. “La gente conduce a lo largo de kilómetros hasta la granja para conseguir mejores alimentos. Entonces es importante que la cocina mantenga su calidad. No quieres que tu horno estropee un buen filete”, justifica. Una explicación lógica, pero ¿hasta qué punto la calidad puede ser la carta ganadora con una generación que, generalmente, se ha despreocupado por aprender a cocinar como el mismo diseñador nos hace ver? Aquí es donde entra la incorporación de tecnologías (Internet, conectividad con nuestro smartphone…) como él mismo nos responde que “la falta de conocimiento es algo que hay que cubrir y podemos ayudar en este sentido con programas automáticos, con los controles y la conexión móvil. Hemos realizado varios estudios en esta línea. El último ejemplo de ello es el concepto de “The Invisible Kitchen” (La Cocina Invisible) que presentamos en Eurocucina 2016. Vamos más allá de aportar un aparato, trabajamos para aportar el conocimiento de su uso al consumidor, debemos explicarle qué puede hacer por él”. Andreas Enslin no es sólo experiencia, también excelencia. Podría estar hablando sobre diseño días y días. Antes de despedirnos de él, le preguntamos si realmente consideraba que todo este trabajo que nos descubría servía para construir un mundo mejor (algo que trataría al día siguiente a la ponencia que le había llevado a Barcelona). 

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